domingo, 26 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 42 )

Aquello era igualmente nuevo para mí  y experimenté  una gran curiosidad . Pero , aunque  no llegué  a despegar los labios  , Civilis  - que parecía leer  los pensamientos  de cuantos le rodeaban - debió captar mis deseos  y , dirigiéndose a José  , le hizo saber con un aire de ironía y desprecio hacia su condicción de judío :
- Si así lo deseáis  , ahora podéis presenciar una prueba más de la justicia del pueblo romano ...
Ni el anciano ni yo teníamos idea del asunto . Pero la voz del centurión  había sonado casi como una orden y nos apresuramos a seguirle  . En compañía de otro oficial , Civilis descendió por las escaleras de mármol , dirigiéndose hacia la derecha  del patio porticado . Éste se hallaba desierto , con la excepción de aquel mercenario que seguía cargando un pesado saco sobre su cuello y hombros y la del centinela  que permanecía a su lado . ¿ Dónde estaba el resto de la tropa ?
Pronto iba a salir de dudas.
Al cruzar una de las puertas del ala norte del patio nos encontramos  de pronto en una explanada  , también al aire libre , de algo más de 300 pies  de longitud  por otros 150 de anchura . Aquel lugar , totalmente cubierto de arena  blanca y fina  , se hallaba  dentro del recinto de la fortaleza  , ocupando buena parte de cara norte . El recinto aparecia perfectamente cercado por el muro exterior de la Torre Antonia  y por el complejo de edificios de la sede romana en sus restantes alas . En el extremo más oriental se alineaban una docena de tiendas de campaña  , ocupando la totalidad de aquel lado del rectángulo al que nos había conducido el oficial y que - según me fue explicando - no era otra cosa que un cam`po de entrenamiento . Las tiendas , confeccionadas con pieles de cabra  y teñidas en un amarillo terroso presentaban un techo con dos vertientes . Por debajo de estas cubiertas traslucía una serie de listones  que constituían el armazón de cada una de estas barracas , capaz para diez hombres . Según Civilis , la afluencia de aquellosmiles de  hebreos  a la fiesta anual de la Pascua  les obligaba  a reforzar la guarnición de Antonia . Aquellas tiendas de campaña cubrían las necesidades de las tropas que se trasladaban con él desde Cesarea..
Autor :J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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