sábado, 11 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 21 )

Aquel salón , más amplio que el vestíbulo  , me dejó perplejo . Era ovalado y con las paredes  totalmente forradas de cedro . El piso de madera  de ciprés  , crujió bajo nuestros pies  mientras nos aproximábamos  - siempre en conpañía del oficial - al extremo de la sala donde aguardaba un un hombre de baja estatura : Poncio Pilato .
Al vernos , el gobernador se levantó de su asiento , saludándonos con el brazo en alto , tal y como siglos más tarde lo harían los alemanes de Hitler . Al llegar junto a la mesa  , José hizo una ligera inclinación de cabeza , procediendo después a presentarme . Instintivamente  repetí aquella ligera reverencia sintiendo cómo el gobernador de la Judea me perforaba con sús ojos azules y << saltones >> Poncio volvió a sentarse y nos invitó a que hicieramos lo mismo . El centurión , en cambio , permaneció enj pie y a un lado de aquella sencilla pero costosa mesa de cedro y pies de marfil . No llevaba casco , pero si portaba  sus armas reglamentarias  : espada en su costado izquierdo ( al reves que la tropa ) , un puñal y , por supuesto , la cota de mallas . Su atuendo era muy similar al de los mercenarios , a excepción de su capa .
Mientras el anciano de Arimatea le hablaba en griego , ofrecéndole el ánfora de vino , Pilato - que no me quitaba ojo de encima - tuvo que notar que la curiosidad era mutua  . Sinceramente  , la imagen que yo había podido concebir  de aquel hombre  destaba mucho de lam realidad . Su escasa talla - quizá 1,50 metros - me desconce4rtó . Era grueso , con un vientre prominente  , que el gobernador intentaba disimular bajo los pliegues de una toga de seda de un difuminado color violáceo y que caía desde su hombro izquierdo , envolviendo y fajando el abdomen y parte del Tórax . Bajo este manto , Poncio lucía una túnica blanca haqsta los tobillos  , igualmente de seda y con delicados brocados de oro a todo lo largo de un cuello corto y grueso .
Desde el primer momento me sorprendió su cabello . No podía asegurarlo  , pero casi estoy seguro que había recurrido a un postizo para ocultar su calvicie . La disposición del pelo - cayendo exagerada y estudiadamente sobre lam frente  - y elo claro contraste con los largos cabellos que colgaban sobre la nuca en forma de << crines >> , delataban la existencia de una peluca rubia .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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