lunes, 22 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 216 )

El centurión , al notar cómo el torbellino principal parecía decrecer , se incorporó parcialmente , inspeccionando a los cuatro soldados que se resguardaban a escason metros de nuestra << empalizada >< . No debió observar demasiadas anomalías porque volvió a acurrucarse de inmediato , en espera de los últimos coletazos del << haboob >> . Eliseo no estaba equivocado . Alrededor delas 14 horas , la fuerza del tornado disminuyó , así como el polverío . Afortunadamente el cuerpo principal del << siroco >> había ido despedazándose  desde su nacimiento en los desiertos arábigos , alcanzando las tierras de Palestina  con una << cabeza >> cuya longitud fue valorada  por los instrumentos del módulo en unos 20 kilómetros  y un frente de casi 125 . Las ráfagas , sin embargo , no cesarian hasta bien entrada la tarde .
Cuando la tormenta cesó , el espectáculo que se ofreció a mi alrededor era sencillamente dantesco  . Todos los legionarios , y yo mismo , naturalmente , aparecíamos cubiertos de arena . El polvo había blanqueado las cejas , cabellos y ropajes de los soldados , así como los mantos de los cincuenta escasos judíos que habían preferido aguantar el azote del viento al pie del Gólgota .
En cuanto a los crucificados  , al verlos mudos y con las cabezas inmóviles sobre el pecho , lo primero que pensé es que habían perecido por asfixia . Longino debió imaginar lo mismo porque se precipitó hacia las cruces , al tiempo que palmoteaba sus ropas , sacudiendose la tierra acumulada .
Sin embargo , al situarnos bajo los condenados  , comprobamos - yo , al menos , con alivio - cómo seguían vivos . las costillas flotantes de Jesús registraban esporádicas oscilaciones , señal de una débil ventilación pulmonar . Las heridas y regueros de sangre se hallaban acribillados por infinidad de partículas de tierra y arena , llegando a taponar las profundas brechas de los costados y el desgarro de la rótula .Los cabellos de su cabeza , axilas y pubis , así como el del pecho , eran irreconocibles . Se habían convertido en masas encanecidas . Su cabellera , sobre todo , encharcada por las hemorragias , era ahora , con el polvo , un viscoso y ceniciento colgajo . Quedé aturdido al ver su barba  y bigote cargados de polvo y sus labios , conn una costra terrosa que desdibujaba las mucosas e , incluso , las profundas fisuras .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto