jueves, 18 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 188 ).

Mateo , por tanto , fue el único acertado al relatar  este pasaje evangélico . Marcos asegura  que las mujeres dieron a probar a Jesús  << vono con mirra >> Esto es inexacto . Entre otras razones  , por que la mirra , , por su naturaleza  excitante  , tónica y emenagoga , problablemente hubiera actuado de forma contraria al fin deseado . ( En aquel tiempo era empleada generalmente como bálsamo , como pomada  para ciertos tumores articulares , como elemento dentífrico y , sobre todo , como perfume .
Aquella hebrea puso la mano derecha sobre el cuenco de madera , procurando que el polvo y la tierra arrastrados  por el viento no contaminasen el vino . Miró a Longino  y éste volvió a señalar al prisionero , autorizándole a que se acercase . La mujer llegó hasta Disma  y le tendió el brebaje . Acosado por el terror , el muchaco no reaccionó . Sus ojos , enrojecidos por el llanto , se desviaron hacia el centurión , interrogándole con la mirada .
- ¡ Bebe  ! le ordenó Longino .
Y el << zelota >> alzó los brazos , asiendo el tazón . Pero sus convulsiones eran ya tan acusadas que una parte del líquido  se derramó . Al fin consiguió llevar el cuenco hasta sus labios , apurando los 250 o 300 centímetros cúbicos que contenía .
Las hebreas se retiraron , incorporándose al resto del grupo y el reo fue conducido a empellones frente a las dos stipes  que quedaban libres en la primera hilera y a cuyos pies había sido transportado el patibulum .
Disma fue colocado de espaldas a los tres árboles  y , mientras dos de los verdugos tiraban de sus brazos hacia atrás , un tercero la zancadilleó derribándole  de espaldas . El centurión , situado por detras del reo , dispuso su lanza  , dispuesto a golpear el cráneo del prisionero en caso de necesidad . Levantó la contera del pilum y esperó .
Sin embargo , el terrorista apenas si ofreció resistencia . Aparentemente parecía haber asumido su suerte . El miedo , además había agarrotado sus músculos . Al reclinarlo sobre el leño levantó la cabeza y con un hilo de voz empezó a clamar por su madre . Pero sus incesantes llamadas desaparecieron cuando el verdugo le asestó el primer martillazo . Un chillido se elevó desde la roca  . Y la multitud acogió el nuevo enclavamiento con fuertes pitidos y protestas.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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