lunes, 15 de junio de 2015

Caballo de TRoya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 171 )

La tercera caída del prisionero oblogó a detener la comitiva  . Dos de los verdugos  retrocedieron y , a latigazos  , intentaron que el Maestro se incorporase  . Con la boca abierta  , resoplando  y en mitad de una nueva  elevación del ritmo cardíaco , el gigante  - que habia quedado de rodillas  - logró al fin elevar  la pierna derecha  . Pero la izquierda  , destrozada por el flagrum , no respondió. El hijo del Hombre apretó los dientes  con todas sus fuerzas  . Los músculos  del cuello volvieron a tensarse  , produciendose  una peligrosa contractura del esternocleidomastoideo . Sus ojos cerrados reflejaban un firme deseo de vencer el peso  del madero , pero el agotamiento , la sed y el cada vez más  preocupante descenso de la volemia . En aquellos momentos era muy posible  que el rabí hubiera perdido uons dos litros de sangre ) , pudieron más que su voluntad  y , a pesar de los latigazos , el cuerpo del reo , lejos de recuperarse  , fue inclinandose más  y más , hasta que la barbilla  tocó la rodilla derecha  . En ese crítico instante , la voz del centurión  detuvo a los mercenarios . Y el propio Longino  , ayudado por otros dos soldados  , se encargó de empujar el patibulum , aliviando así  la recuperación del preisionero . Una vez en pie , la comitiva continuó el descenso hasta llegar al fondo de la vaguada  . A partir de allí , y hasta el Gólgota , el camino fue mucho más dramático . Según mis cálculos , la depresión del Tyropeón se hallaba en la cota 745 . Habíamos descendido cinco metros  ( la cota de la fortaleza Antonia y de la pista de Cesarea era de 750 metros ) y el Calvario se encontraba a 755 metros de altitud sobre el nivel del mar . Eso significaba , a partir de esos instantes , un camino en continua pendiente ...
Pero , ante mi sorpresa , el nazareno logró ascender por el repecho con menos dificultades de lo que imaginaba . Tambaleándose y respirando por la boca , consiguió cubrir otro centenar de metros . Aquello sumaba alrededor de 250 desde nuestra salida de Antonia .
Si embargo , yo mismo me estaba engañando . La triste realidad no tardó en imponerse . De pronto se detuvo . El leño osciló nerviosamente a uno y otro lado y Jesís cayó sobre sus rodillas , presa de convulsiones más intensas . Esta vez , afortunadamente  para él, la comitiva apenas si se detuvo unos segundos . El rabí prosiguió el avance , arrastrando las rodillas sobre la áspera pendiente .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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