viernes, 26 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor . Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 236 )

Tristemente aquel Hombre , a quien yo había empezado a admirar y querer , había muerto . A pesar de todo mi entrenamiento , al despojarme de las << crótalos >> , me dejé caer sobre la dura superficie del Gólgota . La melancolía  fue germinando en lomçás intricado de mi alma y sentí cómo parte de mí mismo se iba con aquel ser . Una melancolía sin horizontes que , lo sé , no se desprenderá de mi angustiado corazón hasta que la muerte cierre definitivamente mi pobre existencia . Mientras , como como aquel día junto a las cruces , sigo llorando .
Ni Eliseo ni nadie del proyecto lo supo jamás . A partir de aquel fatídico momento de la muerte de Jesús  , algo se hundió en lo más profundo de mi ser  . Mis últimas horas en Palestina  no tuvieron casi sentido . Cumplí con lo programado por Caballo de Troya  , pero casi como un autómata  . Y lo peor es que jamás pude rehacerme ....
A la 14 horas , 57 minutos y 30 segundos  - justamente cuando el corazón del Nazareno se detuvo para siempre - ocurrió lo inesperado . Con una sincronización que aún me aterra , y que sólo puede tener una explicación , aquella << luna >> gigantesca comenzó a moverse  . Y con la misma lentitud  con que había cubierto el sol  , así fue desplazándose hacia el Este , devolviendonos  la transparente  luminosidad de aquel viernes .
Mi compañero en el módulo se apresuró a confirmar lo que yo estaba viendo . Poco a poco , sin prisas , como dejandose ver , el objeto  se dirigió hacia Levante , desapareciendo por detrás del monte  de las Aceitunas .
Aquel singular << amanecer >> fue acogido por los legionarios  y por el escaso grupo de mujeres  y saduceos  que seguían junto al peñasco con vivas muestras de alegría y asombro . Otro tanto ocurrió en la ciudad . Sus habitantes estimaron esta << liberación >> del sol como signo de buen augurio .
Fue entonces , mientras el gigantesco disco rompía su estacionario , alejandose , cuando el centurión , volviendose hacia la cruz en la que colgaba el Maestro , golpeó la coraza  que protegía su tórax con el puño derecho y , sosteniendo esta actitud de saludo , sentenció .
-  ¡ Ciertamente era un hombre íntegro ... ! Realmente ha debido ser el Hijo de Dios ...
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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