domingo, 14 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 166 )

La sorpresa o el susto del centinela fue tal que no volvió a agredir a Jesús . El optio , con más sentido común que sus hombres , dispuso que se le incorporase .Y la comitiva prosiguió su marcha , con dos revolucionarios masacredos a latigazos y golpes y con un Jesús de Nazaret irreconocible  , consumido por la fiebre y con una debilidad galopante .
Al pisar la cubierta matálica del puente levadizo , el sol , casi en el cenit  , iluminó de lleno la figura del Maestro . Las caíadas habían abierto algunas de sus heridas , empapando nuevamente la túnica  , que había perdido su color original . Varios regueros de sangre corrían sin descanso por sus tendones de Aquiles , encharcando las sandalias .
Arrastrando los pies , el Maestro fue aproximándose al parapeto exterior de la Torre Antonia . Su respiración era cada vez más fatigosa y su cabeza y tronco iban inclinándose centímetro a centímetro.
En la boca del muro , cuando llevábamos recorridos algo más de 45 metros desde el centro del patio porticado, el pelotón se detuvo nuevamente . Lo estrecho del acceso abligó a la pantalla a inclinar los troncos de los reos , de forma que pudieran cruzar el recinto esterior del cuartel general .
A partir de allí , las cosas podían complicarse y los soldados cerraron filas , guardando una mínima distancia entre sí y con los condenados  . Longino hizo una señal a su lugarteniente y éste se puso a la cabeza de la comotiva , enarbolando con ambas manos el pilum sobre el que habían sido dispuestas las tres tablillas con los nombres y crímenes de los que eran llevados al patíbulo.
Nada más abandonar la fortaleza fuimos sorprendidos por un viento racheado , mucho más intenso que el que yo había percibido durante los debates de Poncio en la terraza del Pretorio . Aquel viento , procedente del este , llegaba cargado de polvo y arena . Intrigado por el súbito empeoramiento del tiempo pulsé la conexión auditiva y pregunté a Eliseo qué noticias tenía sobre la anunciada inestabilidad en los altos niveles de la atmósfera , en las proximidades de la frontera del actual Irak con la Arabia Saudí . Mi compañero - a quien tenía poco menos que abandonado desde hacía horas - me reprochó este silencio , aunque comprendió que las circunstancias no habían sido optimas como para mantenerle informado.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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