miércoles, 17 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - / de abril , viernes ( 185 )

Un cuarto soldado se situó en lo alto de la escalera y los que sostenían al guerrillero lo transportaron hasta el pie del madero vertical . El autor del anclaje tendió la soga al compañero situado sobre la escalera y éste la introdujo en la ranura superior  del árbol . Inmediatamente  , comenzó a tirar de la gruesa cuerda , ayudado desde tierra por el optio . A cada tiron , la maroma  , al contacto co la stipe , emitió un agudo chirrido que vino a confundirse con los desgarrados alaridos del segundo << zelota >> .
En cuestión de minuto y medio el patibulum fue hizado hasta lo más alto . El lugarteniente de Longino tensó al máximo la cuerda  , y antes de que el romano que se había encaramado a la escalera soltase la maroma , los tres infantes que vigilaban la ascensión del reo acudieron en ayuda de Arsenius  , sosteniendo en el aire al preso y su patibulum.
Al deshacerse de la soga , el soldado situado en la parte superior hizo presa  en los dos ramales de la lazada central , izando el troco hacia la punta de la stipe . Una vez ensartado el patibulum , el infante dio un grito y los cuatro romanosn dejaron en libertad el largo cabo . Con un crujido , el leño se deslizó hacia abajo hasta quedar encajado en el palo vertical .
El cuerpo del bandidom  cayó también a peso , produciéndose un estiramiento máximo de sus brazos , que quedaron formando un ángulo de 65m gradosn con la stipe . Este terrorífico frenazo hizo que las heridas de las muñecas se desbocaran , provocando también la distensión de los ligamentos de las articulaciones de los hombros y codos .
El dolor tuvo que ser tan insoportable que el infeliz reaccionó , recobrando el sentido . Sus ojos querían salirse de las órbitas . Pero lo forzado de la posición había bloqueado casi su aparato respiratorio y la boca , desencajada , no acertó a emitir sonido alguno . Sin embargo , los soldados no parecían tener ya unas excesivas prisas  . Antes de descender de la escalera , el mercenario tomó el mazo y asestó varios martillazos al patibulum , asegurándolo . A continuación recogió de manos del optio la tablilla en la que se leía el nombre de Gistas y procedió a clavarla sobre el tramo superior de la recien formada cruz , a una cuarta por encima del madero transversal.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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