jueves, 18 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 190 )

La súbita  intervención de Eliseo me distrajo momentáneamente  . El módulo detectaba  el << ojo >> del << siroco >> a opco más de 15 minutos de Jerusalén La velocidad de << haboob >> había descendido ligeramente  , pero el arrastre  de arena  era muy considerable  , levantando lenguas de partículas  hasta 2 000 y 2 500 metros del suelo . para mi compañero , lo más preocupante  de aquella tormenta  seca  era la posibilidad de que el viento arrastrase agentes biológicamente activos que podrían afectarme
Sinceramente la advertencia de Eliseo no me preocupó . Mi corazón y mis cinco sentidos  se hallaban a cuatro metros  de mí mismo : en la figura de aquel hombre  de 1,81 metros de estatura m ahora encorvado y maltrecho .
El Maestro fue levantado sin más dilaciones . Le fue retirado el manto púrpura  que aún conservaba  sobre los hombros , amarrado a la altura del cuello , tocándole  después el turno al ropón . Al desenrollarlo quedó al descubierto la parte superior de la túnica  . Y al verla cerré los ojos  . Era una  mancha informe  , sanguinolenta  y encolada  al cuerpo sobre las heridas de la flagelación . Tragué saliva  . ¿ Qué ocurriría en el momento de desnudarle  ?
Pero ese angustioso trance se vio retardado por un problema con el que nadie había contado : el casco espiniso .
Cuando uno de los soldadosse disponía  a retirar la túnica , otro de los guardianes reparó en el trenzado de púas  , haciendo notar que , o desgarraban la prenda o había que retirar primero el yelmo .
Los infantes se enzarzaron en una discusión . Supongo que aquello se habría prolongado indefinidamente de no haber sido por el optio . Con un sentido práctico bastante más acusado que el de sus hombres se limitó a tocar el tejido y , al apreciar que se trataba de una túnica inconsútil o sin costuras , ordenó a los verdugos que le despojaran de la << corona >> .Al principio me pareció absusrdo que discutieran por algo que podía haber tenido una fácil y drástica  solución ; sencillamente , romper la vestidura . Después comprendí . Al parecer , era costumbre << no oficial >> que los verdugos se repartieran la ropa del ajusticiado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
 

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