lunes, 15 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 173 )

Los soldados no lo dudaron . Y antes de que el centurión tuviera tiempo de intervenir  la emprendieron a patadas con el inerme cuerpo del Nazareno . Los catorce clavos  en forma de << S >> de las suelas fueron abriendo  nuevas heridas en las piernas y , supongo , en casi todas las áreas donde  descargaron los puntapiés  : riñones , costillas  y espalda  . El pie izquierdo había quedado orientado hacia la derecha  y uno de los furiosos  verdugos  lo pisoteó por dos veces  . En el segundo impacto , la uña del dedo grueso saltó limamente .
Allí , cuando faltaban escasos metros para coronar la pendiente , las fuerzas habían abandonado definitivamente al reo .
La llegada de Longino zanjó aquella estéril paliza . Y digo estéril porque el Maestro había perdido el conocimiento .
El oficial , que estaba enterado de la dura intervención de los infantes en la flagelación , reprochó a los soldados  aquel absurdo comportamiento . Se agachó y colocando sus dedos en la arteria carótida comprobó el pulso.
- Aún vive - exclamó aliviado .
Los cuatro guardianes que le habían sido adjudicados procedieron a levantar el patibulum . Pero Jesús quedó materialmente colgado del leño , con la cabeza hundida sobre el pecho .
Uno de los soldados  sugirió al centurión que soltaran el tronco . Longino dirigió su mirada hacia el horizonte  y al comprobar que nos hallábamos muy cerca de la puerta de Efraín , rechazó la idea ordenando que transportaran al reo y al patibulum hasta el pie mismo de la muralla . Así se hizo . Sin pararse en contemplaciones de ningún tipo , el pelotón reanudó la marcha , remontando el repecho en dirección a la citada entrada noroeste de la ciudad . Dos de los verdugos  depositaron los extremos del madero en sus respectivos hombros , cargando así con el cuerpo desmayado del prisionero  . Los pies de Jesús , durante estos nuevos 80 o 100 metros , fueron arrastrando sinpiedad por entre la maleza y las pequeñas formaciones rocosas , ulcerando aún más los tejidos .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto