martes, 16 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 178 )

Envueltos en la silbante tempestad de arena , los soldados cruzaron el camino , dispuestos  a salvar los últimos metros que nos separaban del lugar de ejecución.
Los hombres que ayudaban al Nazareno habían pasado los brazós de éste  por encima de sus respectivos hombros , sujetando al reo por la cintura y por ambas muñecas.
Y así , inválido  , anqueando la pierna derecha con dificultades y con la izquierda inutilizada  , aquel despojo humano fue socorrido y trasladado hasta el pie del Gólgota . De acuerdo con mi computo , la << via dolorosa >> - nunca mejor empleado el calificativo - había supuesto un total de 480 metros , aproximadamente .
Eran las 12,30 horas del viernes , 7 de abril.
Medio cegado por las partículas de polvo y tierra , a punto estuve de tropezar con las rocas calcáreas que se derramaban en aquel paraje , al noroeste de la ciudad . Sin saberlo me encontraba ya al pie del << Ràs >> o << Cabaza >> , también conocido como Calvario o Gólgota .
Aunque la visibilidad era aún aceptable , los remolinos de arena dificultaron mi primera exploración de aquel lugar . Sólo después del fallecimiento del Nazareno - una vez calmada  la tormenta y << libre >> el sol del singular fenómeno que se registaría pasadas las 13 , 30 horas - pude analizar con cierto sosiego el punto donde realmente me hallaba .
El centurión y sus hombres conocían bien aquel cerro rocoso - porque de eso se trataba en realidad - y se apresuraron a alcanzar la cima . El primero y más grande de los peñascos  ( puesto que la formación abarcaba dos moles prácticamente contiguas ) tenía una altura máxima de seis o siete metros , tomando como referencia el nivel del sendero que lamía casi las bases de ambos promontorios .
Al ir descendiendo por las erosionadas costras de carbonato de cal , lo primero que me llamó la atención fue la escasisima vegetación existente en el lugar y lo redondeado del cerro en cuestión . Era muy probable  que aquella  desnudez de la roca  - obsevada desde una cierta distancia  - hiciela volar la imaginación de los habitantes de jerusalén , denominando a aquel peñón con el referido nombre de << cráneo >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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