miércoles, 24 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 226 )

La menguada inhalación del crucificado estaba casi agotada . Su respiración entró en déficit y apurando sus últimas posibilidades , ordeno entre jadeos :
- Deseo ...., que abandoneis este ... lugar.
Su abdomen había vuelto a deformarse y su cabeza , al igual que los músculos de los brazos y hombros , se desplomaron .
Los hombres hicieron intención de dar media vuelta y retirarse , pero María  , siempre en silencio , avanzó un paso hacia el crucificado . Se inclinó muy lentamente y besó la rodilla derecha de Jesús  . Despues , ocultando su rostro entre las manos , abandonó el peñazco , prácticamente sostenida por Juan y su hijo .
Creo que , tanto el centurión como yo quedamos impresionados por la entereza de aquella mujer . Una hebrea a la que tendría oportunidad de volver a ver y de cuya conversación obtendría una magnifica y sensacional información .
La pequeña  , casi insignificante , sombra de María  , la madre del Maestro , no tardó en difuminarse en la penumbra . Juan y Jude la acompañaron en su camino de regreso a Jerusalén . Pero el resto de las mijeres continuó a costa distancia , pendiente del agonizante crucificado . Alli estaban , entre otras seguidoras y creyentes , Ruht , también hermana carnal del Nazareno ; Salomé , la madre se Juan ; Mirián , esposa de Cleopas y hermana de la madre de Jesús  ; Reveca , y maria , la de Magdala , más conocida hoy por << Magdalena >>
Hacia las 14,25 , el optio autorizó al que hacía las veces de intendente a que repartiera la cena entre los hombres de la patrulla : cerdo salado , queso , pan y una ración de agua con vinagre conocida por el nombre de << posca >> . Todos los soldados , a excepción de los que montaban guardia , se reunieron en torno a la hoguera , dando buena cuenta de las viandas.
Durante aquellos breves momentos de distensión pregunté al oficial por qué la patrulla habia apilado sendos montones de ramas en la base de cada una de las cruces .Longino , invitandome a degustar aquel vino fermentado , me explicó que consistía en una simple medida de gracia .En caso necesario m si así se ordenaba o si la agonía de los reos se prolongaba en demasía , deberían prender fuego a la leña . El humo remataba a los crucificados , asfixiándoles en cuestión de minutos.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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