jueves, 18 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril, viernes ( 192 )

El crujido de la túnica al ser despegada  del tronco de Jesús me hizo palidecer .
El mercenario , al comprobar que el tejido se hallaba  pegaro a las brechas , no lo dudó . Giró la cabeza  y , sonriendo maliciosamente  a sus compañeros  , fue elevando la túnica con lentitud . El lino fue desgajándose de las heridas , arrastrando grandes plastones de sangre  . Enrojecí de ira . Y me  aferré a la << vara de Moisés >> hasta casi estrujarla  . Unas gruesas gotas de sudor  empezaron a rodar  por mis sienes y tuve que morder una de las mangas de mi manto para no saltar sobre aquellos sádicos .
Al fin , cuando la túnica estuvo replegada a la altura de la cara del Nazareno  , los soldados bajaron  los brazos y la cabeza del rabí  , retirando su última vestimenta .
Y el Hijo del Hombre quedó totalmente desnudo , ligeramente inclinado y bañado por nuevas hemorragias . Al ver aquella espalda abrasada por los hematomas y desgarros , Longino quedó perplejo . El refinado desencolamiento de la túnica había abierto muchas de las heridas , haciendo estallar otra aparatosa sangría . A pesar de la indudable  protección de los mantos  y de la túnica  , el madero había erosionado la zona superior de la espalda  , ulcerando las áreas de la paletilla derecha y la piel situada sobre el paquete muscular izquierdo del << trapecio >> . En estaúltima región observé  un abrasamiento de unos nueve por seis  centímetros  , con bordes irregulares  y arrollamiento de la piel , producido posiblemente en alguna de las violentas caídas ( quizá en la segunda , al desplomarse de espaldas en el túnel de la fortaleza Antonia ) .
Los codos se hallaban también prácticamente destruidos por los golpes y caidas . En cuanto al antebrazo izquierdo , la fricción con la corteza del patibulum había deshilachado el plano muscular , con pérdida de sustancia y amplias áreas amoratadas.
Pero la visión más terrorífica la ofrecían los costados . Las patadas habián reventado algunos de los hematomas y masacrado muchas de las fibras musculares vitales en la función respiratoria ..
La sangre corría de nuevo por aquella piltrafa humana , que , al ser desposeída de sus ropas , había empezado a tiritar , acusando los duros embates del viento y del polvo .
La indefensión , abandono y amargura de aquel hombre alcanzaron en aquellos instantes uno de sus puntos culminantes .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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