domingo, 14 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 170 )

Pero el tropiezo con aquellos doscientos cobardes sí influyó en algo . Longino , hombre de gran experiencia , pensó sin duda que la conducción de los << zelotas >> y del << rey >> a través de las calles  de la ciudad alta de Jerusalén podía revestri complicaciones para sus hombres y para él y con buen criterio varió el camino que tradicionalmente venían siguiendo este tipo de procesiones . En general , los futuros ajusticiados eran paseados por las intricadas callejuelas de la ciudad , tratando así de ejemplarizara las masas . En esta ocasión , insisto , el centurión se decidió por un camino mucho más corto . Siento defraudar a cuantos han creído y creen en una << via dolorosa >> a traves de las estrechas calles del barrio alto . Nada de eso . El centurión y los soldados se desviaron hacia el norte , entrando en el camino que conducía a Cesarea y que discurría  casi paralelamente al valle del Tyropeón . ( Hoy , esa misma vía atraviesa - algo más al norte - la puerta de Damasco , en la muralla septentrional. )
Los primeros sorprendidos por este cambio en el itinerario fueron los hebreos que habían arrojado las piedras contra la escolta romana  . Al poco , encabezados por los saduceos  , comenzaron a seguir  a Longino  y a la patrulla . Supongo que aquella extraña variación en la ruta tradicional de los reos movió aún más su curiosidad .
Según mis cálculos , Jesús llevaba caminando unos 100 metros desde el patio de la Torre Antonia  cuando el centurión , de improviso , salió de la calzada , echándose a la izquierda e iniciando el descenso por la mencionada quebrada del Tyropeón , en dirección a una de las esquinas de la muralla norte de la ciudad . El viento levantaba en aquella zona exterior de Jerusalen grandes masas de polvo y tierra , dificultando el ya penoso caminar del Maestro y de los << bandidos >> Éstos habían vuelto a ser azotados  , aunque aquella pendiente y lo irregular del terreno restaban precisión a los golpes de los verdugos
Fue precisamente al bajar por aquella corta ladera  , sembrada de cardos y abrojos espinosos , cuando el renqueante y humillado cuerpo del nazareno perdió nuevamente  el equilibrio , cayendo en tierra  entre una nube de polvo . Esta vez , Jesús logró adelantar sus rodillas , que fueron a estrellarse entre las piedras .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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