domingo, 21 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 207 )

Si el texto que figuraba en la tablilla de Jesús Nazareno hubiera sido otro  - a gusto de los sacerdotes judíos  -, la mofa hacia el recién crucuficado quizá hubiese sido menorn . Cuento esto porque , a partir de la elevación del Maestro sobre la stipe , las risas y sarcasmos  de la concurrencia  menudearon durante un buen rato y , al parecer , según averiguaciones posteriores , como vengativa contrapartida por el conocido << inri >> . Al fracasar ante Pilato , los jueces tuvieron especial cuidado de intoxicar a la multitud , ridiculizando Al Maestroy , de esta sutil forma , quitándole seriedad a las tres inscripciones , evitar que los testigos pudieran tomar en serio lo de << rey de los judíos >>.
Así que , volviéndose hacia la cada vez menos numerosa masa humana , algunos de los saduceos comenzaron a señalar la cruz del Galileo , exclamando a voz en grito :
- ¡ Ha salvado a los demás , pero no puede salvarse a sí mismo !
Y el gentío aprobó esta nueva manifestación de burla con fuertes y repartidos aplausos . Al poco , otra voz se destacaba entre la turba , preguntando al Nazareno :
- Si eres el Hijo de Dios , ¡ bendito sea su nombre ! , ¿ por qué no desciendes de la cruz ?
Jesús , al igual que la patrulla y que yo mismo , pudo escuchar estas exclamaciones , teñidas de la más cruel y mordaz ironía . Al encontrarse a un metro escaso del suelo y a poco más de diez de la primera fila  de judíos no era muy difícil retener estos gritos e , incluso , las conversaciones que sostenían los mercenarios en el menguado círculo de piecra del Gólgota .
Éstos , finalizada  la laboriosa crucifisión , se tomaron un respiro . El optio levantó el cordón inicial de seguridad que bordeaba la circunferencia del promontorio , formado como dije  por seia infantes  , reduciendo la vigilancia  a un primer turno de cuatro soldados . Cada uno se situó en los puntos cardinales  , rodeando a los tres condenados  y al resto del pelotón . Los demás - excepto dos - se apresuraron a sentarse  a unos tres metros  de las cruces  . Y  contemplaron con desgana cómo sus dos compañeros  procedían a retirar la escalera  de mano , enrollando  minuciosamente  la maroma  y recogiendo las diversas herramientas utilizadas en el enclavamiento . A la vista  de aquellos preparativos  , todo apuntaba hacia una larga espera . Eso , al menos , creían Longino y sus hombres  . En realidad , según me informó el centurión , el relevo no llegaría hasta el ocaso .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martiinez

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