domingo, 20 de noviembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 23 de setiembre , domingo ( 22 )

En otras oportunidades , siempre con los lienzos blancos al aire , los sais , aburridos , organizaban carreras , adueñándose de la estrecha carretera de tierra batida y poniendo en peligro la integridad física de cuantos marchábamos en una u otra dirección . De poco servían las airadas protestas , los palos en alto de los caminantes o , incluso , las piedras que terminaban lloviendo sobre los grupos de carros . Poco a poco nos acostumbraríamos . Así era la carretera del Jordán...
Y el paisaje , como decía , cambio sustancialmente . Ahora marchábamos por un valle relativamente angosto en el que el río Jordán aparecía como dueño y señor . Lo que contemplamos en aquella aventura nada tiene que ver con el Jordán conocido en nuestros días . Hay , en el siglo XX , el río sagrado , con una escasa y tímida vegetación asomándose a las aguas . El resto era casi desierto . En aqueltiempo , por el contrario , como ya descubrimos en el referido periplo aéreo , el Jordán era un cauce más notable , capaz de alimentar extensas áreas de selva subtropical , cerradas , casi impenetrables , y en las que habitaban felinos ( especialmente leopardos y linces ) , cocodrilos , peligrosas manadas de cerdos salvajes , chacales , serpientes de todo tipo ( diez de ellas altamente venenosas ) , hipopótamos , zorros y una numerosísima colonia de aves.
Era el Gor , la tercera gran región de Israel , después de las montañas y la costa . Una formidable falla que recorre el país de norte a sur y que los arqueólogos llaman graben, con su mayor desnivel en el mar Muerto ( menos cuatrocientos metros ).
El Jordán era un lugar próspero , densamente poblado - especialmente en su mitad sur -, y en el que , al igual que en la Galilea , convivian en paz judíos y paganos de mil orígenes.
El río discurría por nuestra izquierda ( tomaré siempre el sentido de la corriente como referencia principal ), más o menos a medio kilómetro . Salvo en contads ocasiones , el camino que descendía hacia Jericó se mantenía a una prudencial distancia de la cúpula vegetal - ahora verde y amarilla -, que recordaba la presencia del cauce ; un cauce de 101 kilómetro en línea recta ( desde el sur del yam al mar Muerto ) y 222 de río , propiamente dicho . Esta proporción ( 1:2 ) hacía el Jordan un río tortuoso , con varios cientos de meandros , algunos casi circulares , y gargantas profundas , de paredes verticales , de hasta sesenta y cien metros de altura
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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