Los borrachos , al descubrir al forastero , interrumpieron la monótana e insufrible cantinela , ofreciendos las jarras e invitando a mi compañero a que se uniera al coro . Uno de ellos , al incorporarse , osciló y fue a derrumbarse entre los brazos del ingeniero . Acudí en su auxilio y , como pudimos , lo sentamos de nuevo , dejando que durmiera la mona sobre la mesa .
En esos instantes , Eliseo llamó mi atención , señalamdo con el dedo al segundo sujeto .
El tipo , ciego de cerveza - o de lo que fuera - , no nos reconoció . Nosotros , en cambio , no tardamos en identificarlo ... y en comprender .
¡ Bastardo !
La ira de Eliseo estaba justificada , pero , en voz baja , procurando no alertar al tabernero , le rogué que se mantuviera tranquilo . Teníamos que actuar con eficacia y discreción.
Lance una mirada a Nabú . Seguía nuestron movimientos , paso a paso , en el mismo lugar en el que lo había dejado .
Conversé brevemente con el borracho . Dijo llamarse tal y como lo tituló el sirio - kuteo - , y ser originario de Siquem o Sichem, al norte de Samaría .
No tuve duda . Se trataba del supuesto << cambista >> que nos salió al encuentro cuando estábamos a punto de entrar en la casa de Jesús . La larga barba , teñida de rojo sangre , la baja estatura y el semblante enjuto y amarillo verdoso , eran inconfundibles . Pero ¿ qué había sido del parche de cuero negro que le cubría el ojo izquierdo ? Otra artimaña , supuse , para engañar a incautos . Aquel timador era tan tuerto como nosotros ...
Y Eliseo , olvidando mi recomendación , hizo presa en la bolsa que colgaba del cuello del samaritano y la arrancó sin miramientos .
¡ Bastardo !
El tal Kuteo , en efecto , portaba la pequeña bolsa de hule que había desaparecido del cinto de mi hermano en la referida jornada del martes 18 . No era difícil imaginar lo ocurrido . En las apreturas , bajo el portalón de la << casa de las flores >> , Kuteo se deslizó entre los curiosos y terminó soltando el cordón que unía la bolsa al cíngulo . El << teatro >> previo , invitándonos a cambiar moneda , sólo fue una << inspección del género >> ...
El instinto nunca se equivoca
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
En esos instantes , Eliseo llamó mi atención , señalamdo con el dedo al segundo sujeto .
El tipo , ciego de cerveza - o de lo que fuera - , no nos reconoció . Nosotros , en cambio , no tardamos en identificarlo ... y en comprender .
¡ Bastardo !
La ira de Eliseo estaba justificada , pero , en voz baja , procurando no alertar al tabernero , le rogué que se mantuviera tranquilo . Teníamos que actuar con eficacia y discreción.
Lance una mirada a Nabú . Seguía nuestron movimientos , paso a paso , en el mismo lugar en el que lo había dejado .
Conversé brevemente con el borracho . Dijo llamarse tal y como lo tituló el sirio - kuteo - , y ser originario de Siquem o Sichem, al norte de Samaría .
No tuve duda . Se trataba del supuesto << cambista >> que nos salió al encuentro cuando estábamos a punto de entrar en la casa de Jesús . La larga barba , teñida de rojo sangre , la baja estatura y el semblante enjuto y amarillo verdoso , eran inconfundibles . Pero ¿ qué había sido del parche de cuero negro que le cubría el ojo izquierdo ? Otra artimaña , supuse , para engañar a incautos . Aquel timador era tan tuerto como nosotros ...
Y Eliseo , olvidando mi recomendación , hizo presa en la bolsa que colgaba del cuello del samaritano y la arrancó sin miramientos .
¡ Bastardo !
El tal Kuteo , en efecto , portaba la pequeña bolsa de hule que había desaparecido del cinto de mi hermano en la referida jornada del martes 18 . No era difícil imaginar lo ocurrido . En las apreturas , bajo el portalón de la << casa de las flores >> , Kuteo se deslizó entre los curiosos y terminó soltando el cordón que unía la bolsa al cíngulo . El << teatro >> previo , invitándonos a cambiar moneda , sólo fue una << inspección del género >> ...
El instinto nunca se equivoca
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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