Al alba , partimos .
Tuve que echar mano de la farmacia de campaña para medio despabilar a mi compañero . La servidumbre , acostumbradas a las espesas resacas que provocaba el legmi, colaboró eficaz y discreta.
A una generosa dosis de ibuprofeno , un analgésico de acción rápida , añadí un remedio proporcionado por uno de los viejos esclavos : corteza de sauce . Eliseo debería masticarla , liberando así una forma natural de silicato . El calmante orgánico en cuestón fue providencial.
No fue preciso disculparse ante Nakebos por la precipitada salida de la casa . Al igual que el << guía >> persa , dormía una mona que se prolongaría muchas horas . Los siervos prometieron trasladar nuestros saludos y agradecimiento al capitán y al-qa´idde la prisión del cobre .
Mi única obsesión en aquellos momentos era alejarme del lugar e interrogar al ingeniero . La misión no debía correr ningún riesgo ...
Y tal y como fue planificado con Belsa , dirigí los pasos hacia el << vado de las Columnas >>.Allí , supuestamente , predicaba y bautizaba Jehohanan el Bautista . Allí quizá , se hallaba también el querido y añorado Jesús de Nazaret...
Eliseo , mudo y pálido , me siguió tambaleante . No protestó . Y supuse que el silencio era consecuencia del lógico malestar ocasionado por la bebida . Me equivoqué ...
El camino hacia el vado se hallaba muy cerca . Las orientaciones de los criados de Nakebos fueron precisas : el << vidente >> ( así llamaban en aquel tiempo a los profetas e iluminados ) acampaba a orillas del río Yaboq , al nordeste de Damiya.
El destino fue benevolente .
A trecientos metros del poblado , un caminillo de tierra roja fue a situarnos frente al mencionado Yaboq , en la margen izquierda . La modesta senda , siempre entre huertos , se aproximaba con nitidez a las transparentes aguas del afluente del Jordán , y huía después hacia los bosques que habíamos divisado desde la fortaleza de El Makhruq .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Tuve que echar mano de la farmacia de campaña para medio despabilar a mi compañero . La servidumbre , acostumbradas a las espesas resacas que provocaba el legmi, colaboró eficaz y discreta.
A una generosa dosis de ibuprofeno , un analgésico de acción rápida , añadí un remedio proporcionado por uno de los viejos esclavos : corteza de sauce . Eliseo debería masticarla , liberando así una forma natural de silicato . El calmante orgánico en cuestón fue providencial.
No fue preciso disculparse ante Nakebos por la precipitada salida de la casa . Al igual que el << guía >> persa , dormía una mona que se prolongaría muchas horas . Los siervos prometieron trasladar nuestros saludos y agradecimiento al capitán y al-qa´idde la prisión del cobre .
Mi única obsesión en aquellos momentos era alejarme del lugar e interrogar al ingeniero . La misión no debía correr ningún riesgo ...
Y tal y como fue planificado con Belsa , dirigí los pasos hacia el << vado de las Columnas >>.Allí , supuestamente , predicaba y bautizaba Jehohanan el Bautista . Allí quizá , se hallaba también el querido y añorado Jesús de Nazaret...
Eliseo , mudo y pálido , me siguió tambaleante . No protestó . Y supuse que el silencio era consecuencia del lógico malestar ocasionado por la bebida . Me equivoqué ...
El camino hacia el vado se hallaba muy cerca . Las orientaciones de los criados de Nakebos fueron precisas : el << vidente >> ( así llamaban en aquel tiempo a los profetas e iluminados ) acampaba a orillas del río Yaboq , al nordeste de Damiya.
El destino fue benevolente .
A trecientos metros del poblado , un caminillo de tierra roja fue a situarnos frente al mencionado Yaboq , en la margen izquierda . La modesta senda , siempre entre huertos , se aproximaba con nitidez a las transparentes aguas del afluente del Jordán , y huía después hacia los bosques que habíamos divisado desde la fortaleza de El Makhruq .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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