Trabajaban los lingotes de cobre que llegaban regularmente de las fundiciones de Esyón - Guéber , en el mar Rojo , las antiguas y auténticas minas del rey Salomón . Largas caravanas ascendían por el Jordán con los cargamentos . Éstos eran desembarcados en la isla y allí reelaborados por la técnica del martilleo . Los hornos aran alimentados día y noche con madera talada en las montañas de Galaad . La fisión del cobre ( a 1083 grados Celsius ) se conseguía mediante la utilización de enormes fuelles de cuero , activados manualmente , y y con el concurso - eficadisimo - de los vientos locales , especialmente fuertes en la desembocadura de los referidos ríos . Las bocas de los hornos habían sido estratégicamente orientadas hacia poniente , de forma que los vientos que descendían por el valle de Fari´a a incrementar el tiro , alcanzando así << el naranja del sol en el ocaso >> ( los expertos fundidores establecian los diferentes grados de fusión según los colores del sol . La obtención del cobre , partiendo de la cuprita , la azurita y la malaquita , demandaba un naranja similar al de la puesta del sol .. El hierro , por ejemplo , exigia una temperatura - 1.539 grados - que transformaban el metal , proporcionando un color parecido al del << blanco mate del sol entre la niebla >> y así , sucesivamente , para el bronce , el oro , la plata o el estaño).
Pronto nos acostumbrariamos al monótono y lejano golpeteo de los martillos sobre las dúctiles y maleables láminas de cobre . Un martilleo que no cesaba durante la noche y que recordaba , a propios y extraños , la naturaleza del lugar del que procedía el rítmico sonido ...
Según Belsa , la cárcel del cobre era otro de los saneados << negocios >> de Antipas , en el que participaban los de siempre : las castas sacerdotales y los más notables funcionarios de Roma . Allí , gracias al esfuerzo de los prisioneros , se fabricaban toda clase de armas , herramientas y adornos , tanto masculinos como femeninos . Todos los días , con las primeras luces del alba , una o dos embarcaciones atracaban en las orillas del islote , cargando los productos manufacturadosn : lanzas , puntas de flecas , espadas de toda índole , dagas, hachas de combate o para el trabajo , azadones , azuelas , zapapicos , cinceles , bocados de caballo , armaduras , brazaletes , colgantes y toda suerte de utensilios de cocina ,
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pronto nos acostumbrariamos al monótono y lejano golpeteo de los martillos sobre las dúctiles y maleables láminas de cobre . Un martilleo que no cesaba durante la noche y que recordaba , a propios y extraños , la naturaleza del lugar del que procedía el rítmico sonido ...
Según Belsa , la cárcel del cobre era otro de los saneados << negocios >> de Antipas , en el que participaban los de siempre : las castas sacerdotales y los más notables funcionarios de Roma . Allí , gracias al esfuerzo de los prisioneros , se fabricaban toda clase de armas , herramientas y adornos , tanto masculinos como femeninos . Todos los días , con las primeras luces del alba , una o dos embarcaciones atracaban en las orillas del islote , cargando los productos manufacturadosn : lanzas , puntas de flecas , espadas de toda índole , dagas, hachas de combate o para el trabajo , azadones , azuelas , zapapicos , cinceles , bocados de caballo , armaduras , brazaletes , colgantes y toda suerte de utensilios de cocina ,
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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