En su momento , nos adentraríamos en aquellos parajes solitarios y peligrosos . Y también en compañía del Hijo de Hombre ...
¿ El Hijo del Hombre ?
De momento no habíamos tenido suerte . Recorrimos la larga recta del primer tramo sin la menor señal del Galileo . A derecha y izquierda de la ruta , entre las colinas y la << jungla >> del Jordán , se derramaban miles de viñas de un metro de altura , minuciosamente apuntaladas y amarradas unas a otras con largas y oscuras cuerdas . Las últimas partidas de felah procedían a la recogida de una uva negra y brillante que era cargada en grandes cestas . Los campesinos , en interminables hileras , transportaban el fruto hasta los carros o los hat , unos lugares de ladrillo rojo , estratégicamente situados entre las plantaciones .
Preguntamos . Indagamos en las chozas de paja y adobe que salpicaban los campos . Negativo . Ni una sola pista . Nada ...
Y proseguimos . Quizá perdimos tiempo en los << trece hermanos >> . Teníamos que forzar el paso . Si Jesús nos precedia , no debía hallarse muy lejos ...
Consulté el sol . Podía ser la hora nona ( las 15.00 ).
Quizá algo menos .
Y , de pronto , la marcha se vio interrumpida . Lo había olvidado ...
A cinco kilómetros del yan terminaba la Galilea y empezaba otra región - la Decápolis -, formando una cuña que se introducía hacia el oeste . El nuevo territorio avanzaba hacia el sur , hasta el río Yavesh, haciendo frontera con la Perea de Herodes Antipas , el viejo << zorro >> .
Allí se alzaba la aduana , un mísero edificio de barro y cañas , consumido por el sol y por la deidia de unos funcionarios , al servicio de Roma , cuya única preocupación era enriquecerse lo antes posible . Estos publicanos de la Decápolis , como la mayoria de los que conocimos , eran también judíos . Es decir , doblemente odiados por sus paisanos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¿ El Hijo del Hombre ?
De momento no habíamos tenido suerte . Recorrimos la larga recta del primer tramo sin la menor señal del Galileo . A derecha y izquierda de la ruta , entre las colinas y la << jungla >> del Jordán , se derramaban miles de viñas de un metro de altura , minuciosamente apuntaladas y amarradas unas a otras con largas y oscuras cuerdas . Las últimas partidas de felah procedían a la recogida de una uva negra y brillante que era cargada en grandes cestas . Los campesinos , en interminables hileras , transportaban el fruto hasta los carros o los hat , unos lugares de ladrillo rojo , estratégicamente situados entre las plantaciones .
Preguntamos . Indagamos en las chozas de paja y adobe que salpicaban los campos . Negativo . Ni una sola pista . Nada ...
Y proseguimos . Quizá perdimos tiempo en los << trece hermanos >> . Teníamos que forzar el paso . Si Jesús nos precedia , no debía hallarse muy lejos ...
Consulté el sol . Podía ser la hora nona ( las 15.00 ).
Quizá algo menos .
Y , de pronto , la marcha se vio interrumpida . Lo había olvidado ...
A cinco kilómetros del yan terminaba la Galilea y empezaba otra región - la Decápolis -, formando una cuña que se introducía hacia el oeste . El nuevo territorio avanzaba hacia el sur , hasta el río Yavesh, haciendo frontera con la Perea de Herodes Antipas , el viejo << zorro >> .
Allí se alzaba la aduana , un mísero edificio de barro y cañas , consumido por el sol y por la deidia de unos funcionarios , al servicio de Roma , cuya única preocupación era enriquecerse lo antes posible . Estos publicanos de la Decápolis , como la mayoria de los que conocimos , eran también judíos . Es decir , doblemente odiados por sus paisanos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto