¿ Qué hacía el jefe de los << escaladores >> - un supuesto campesino - en la casa del alcaide de una de las más temidas cárceles de Israel ? ¿ Por qué lo trataba como un amigo íntimo ? ¿ A qué venía semejante agasajo ? Aquello , como digo , no cuadraba ...
Pero mis pensamientos quedaron en suspenso . Los sirvientes presetaron la cena : el niloticus que Belsa había cargado desde las << once lagunas >>. Cocodrilo a la brasa ...
Un olor acre y repulsivo me puso en alerta . No tuve más remedio que probarlo . Y el sabor áspero - entre pollo y pescado - casi me hizo vomitar . A mi compañero , en cambio , le pareció delicioso . Y comió hasta saciarse . Yo , prudentemente , me refugié en la abundante variedad de dátiles , recuperando fuerzas con lo que llamaban el r ´fis , una pasta de harina de trigo tostada en la que enterraban dátiles sin hueso y macerados . El r ´fis - delicioso - fue acompañado por una legumbre única : corazón de palmera . Y todo ello rociado con un jarabe dulcísimo , de irisaciones ambarinas , extraído igualmente de los dátiles y rebajado con vinagre negro . Mis acompañantes se inclinaron por una bebida más fuerte y popular : el legmi , un licor típico del valle del Jordán , obtenido en la fermentación de la savia de la palmera datilera ; un brebaje perfumado y traidor que conducía siempre a la borrachera ...
Y eso fue lo que me tocó vivir en aquella interminable noche ; una noche de insomnio...
Como era previsible , entre ración y ración de cocodrilo , Nakebos y Belsa dieron buena cuenta de las primeras jarras de legmi . Y los efectos no se hicieron esperar . Eliseo , supuestamente contagiado , de unió al << simposio >> , bebiendo sin moderación . No fui capaz de frenarlo . Rechazó mis advertencias , acusándome de << aguafiestas >> y << poco amigo >> . Y los bebedores , cada vez más cargados , hicieron causa común , arropando y consolando al ingeniero
Las lenguas terminaron por trabarse y de ahí pasamos a la siguiente fase : las canciones y los juramentos de << amistad eterna >> .El nabateo y el persa se incorporaron en varias oportunidades , alzando las jarras e intentando formular sendos brindis . Fue imposible . Los vapores del legmi los hicieron tambalearse y rodaron sobre la mesa .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pero mis pensamientos quedaron en suspenso . Los sirvientes presetaron la cena : el niloticus que Belsa había cargado desde las << once lagunas >>. Cocodrilo a la brasa ...
Un olor acre y repulsivo me puso en alerta . No tuve más remedio que probarlo . Y el sabor áspero - entre pollo y pescado - casi me hizo vomitar . A mi compañero , en cambio , le pareció delicioso . Y comió hasta saciarse . Yo , prudentemente , me refugié en la abundante variedad de dátiles , recuperando fuerzas con lo que llamaban el r ´fis , una pasta de harina de trigo tostada en la que enterraban dátiles sin hueso y macerados . El r ´fis - delicioso - fue acompañado por una legumbre única : corazón de palmera . Y todo ello rociado con un jarabe dulcísimo , de irisaciones ambarinas , extraído igualmente de los dátiles y rebajado con vinagre negro . Mis acompañantes se inclinaron por una bebida más fuerte y popular : el legmi , un licor típico del valle del Jordán , obtenido en la fermentación de la savia de la palmera datilera ; un brebaje perfumado y traidor que conducía siempre a la borrachera ...
Y eso fue lo que me tocó vivir en aquella interminable noche ; una noche de insomnio...
Como era previsible , entre ración y ración de cocodrilo , Nakebos y Belsa dieron buena cuenta de las primeras jarras de legmi . Y los efectos no se hicieron esperar . Eliseo , supuestamente contagiado , de unió al << simposio >> , bebiendo sin moderación . No fui capaz de frenarlo . Rechazó mis advertencias , acusándome de << aguafiestas >> y << poco amigo >> . Y los bebedores , cada vez más cargados , hicieron causa común , arropando y consolando al ingeniero
Las lenguas terminaron por trabarse y de ahí pasamos a la siguiente fase : las canciones y los juramentos de << amistad eterna >> .El nabateo y el persa se incorporaron en varias oportunidades , alzando las jarras e intentando formular sendos brindis . Fue imposible . Los vapores del legmi los hicieron tambalearse y rodaron sobre la mesa .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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