lunes, 7 de noviembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 18 de setiembre , martes - ( 40 )

No dijo nada . Observó el patio y se dirigió hacia el perterre situado en las proximidades de la puerta de la despensa , a la izquierda del portalón . Imaginamos que pretendía plantarlo entre las flores . Estudió el hueco que dejaba uno de los vivísimos corros de encendidas anémonas coronarias y , en efecto , se arrodilló , dispuesto a salvar al retoño .
Al poco , sin embargo , volvió a incorporarse , dejándo el vástago sobre el suelo de ceniza del estrecho jardín . Retrocedió sobre sus pasos . Cruzó ante estos intrigados exploradores , caminó hasta la esquina derecha del patio y se situó frente a la puerta del corral .
Dudó unos instantes y , finalmente , abrió y se perdió en el cobertizo .
Eliseo se encogió de hombros .
Yo , asaltado de nuevo por aquel pensamiento en el que << veía >> al responsable del robo de la bolsa de mi compañero , no presté mucha atención y esperé , casi mecánicamente , la reaparición del Galileo .
Pero lo que se presentó en el patio no fue el Maestro...
De pronto , veloces , irrumpieron en las losas las gallinas de << cuello desnudo >> . Eran diez o doce  . Jesús , al abrir la portezuela , no tuvo la precaución de volver a cerrarla ...
Y en segundos , la inquieta familia  aprovechó la circunstancia , desperdigándose y picoteando por aquel extremo del patio .
No le dimos mayor importancia ...
Fue un minuto después cuando nos sobresaltamos .
Jesús retornó y , al comprobar la fuga de las gallinas  , alzó los brazos , dirigiéndose con sus largas zancadas hacia las más próximas . En la mano izquierda agitaba un almocafre , una pequeña azada con dos dientes curvados que solía utilizarse en agricultura ( generalmente , en la limpieza y en el trasplante de flores y arbustos ). Evidentemente , era la herramienta que necesitaba para plantar el vástago y que había ido a buscar al corral .
Atónitos nos pusimos en pie .
El Maestro , correteando , inclinándose y utilizando ambos brazos , trataba de sofocar la << rebelión >> , conduciéndolas hacia la puerta de tablones . El éxito , sin embargo , no parecía de su lado...
- ¡ Pita ... pita !
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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