Al pisar el muelle nos detuvimos . Si los capataces y los jefes de cuadrillas de los cargadores observaban a dos individuos , corriendo entre los fardos y sorteando las hileras de esclavos y am-ha-arez . ahí terminaría nuestra fuga . El muelle , como todas las mañanas , aparecía saturado de hombres y mercancías .¿ Qué hacer ? ¿ Qué dirección tomar ? ¿ Debíamos ocultarnos o hacerles frente ?
Aquellos instantes fueron decisivos . Por un lado , mi compañero reparó en uno de los terraplenes proximos , perpendicular , como los otros diez o quince , al espigón o muelle principal . Una de las embarcaciones , al parecer , se disponía a abandonar el atraque . Los marineros , por la proa , intentaban soltar amarres . Digamos que ésa fue la parte positiva . La negativa estuvo en los rostros de los fulanos que se aproximaban y animaban al tumulto . Nos reconocieron y , aullando , arengaron a la tropa contra estos exploradores . Y se lanzaron como chacales . Pensé en la << vara de Moisés >> . Con suerte podía anular a media docena , no más . El resto nos destrozaría .
No hubo alternativa . Eliseo indicó los peldaños de piedra que descendían por el terraplén hasta el agua del lago , y dio la señal:
- ¡ Vamos !
Nunca había corrido y saltado con tanto empeño . En la carrera , atónitos e indignados , más de uno de aquellos infelices terminó tropezando con estos exploradores y rodando por las húmedas y resbaladizas losas . Nunca supe cuántas cántaras se quebraron y cuantas maldiciones cayeron sobre nosotros y sobre nuestras respectivas familias...
Lo único que importaba era salvar el muelle , descender por el atraque y saltar sobre el barco .
Y así ocurrió .
Yo fui el último en caer sobre la proa del pequeño navío . Las caras del patrón , de los tripulantes y del resto de los << pasajeros >> no pueden ser descriptas . Fue tal el susto que no reaccionaron , afortunadamente ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Aquellos instantes fueron decisivos . Por un lado , mi compañero reparó en uno de los terraplenes proximos , perpendicular , como los otros diez o quince , al espigón o muelle principal . Una de las embarcaciones , al parecer , se disponía a abandonar el atraque . Los marineros , por la proa , intentaban soltar amarres . Digamos que ésa fue la parte positiva . La negativa estuvo en los rostros de los fulanos que se aproximaban y animaban al tumulto . Nos reconocieron y , aullando , arengaron a la tropa contra estos exploradores . Y se lanzaron como chacales . Pensé en la << vara de Moisés >> . Con suerte podía anular a media docena , no más . El resto nos destrozaría .
No hubo alternativa . Eliseo indicó los peldaños de piedra que descendían por el terraplén hasta el agua del lago , y dio la señal:
- ¡ Vamos !
Nunca había corrido y saltado con tanto empeño . En la carrera , atónitos e indignados , más de uno de aquellos infelices terminó tropezando con estos exploradores y rodando por las húmedas y resbaladizas losas . Nunca supe cuántas cántaras se quebraron y cuantas maldiciones cayeron sobre nosotros y sobre nuestras respectivas familias...
Lo único que importaba era salvar el muelle , descender por el atraque y saltar sobre el barco .
Y así ocurrió .
Yo fui el último en caer sobre la proa del pequeño navío . Las caras del patrón , de los tripulantes y del resto de los << pasajeros >> no pueden ser descriptas . Fue tal el susto que no reaccionaron , afortunadamente ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto