domingo, 13 de noviembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - del 19 al 22 de setiembre ( 2 )

Tanto al ingresar en la cima del peñasco , como al abandonarla , el cinturón gravitatorío era anulado y restablecido , respectivamente , gracias a una << llave >>ideada por el ingeniero . La conexión auditiva  transmitía la clave al ordenador y éste - si la señal era correcta - procedía en consecuencia . Acto seguido , en un efecto dominó , los restantes cinturones de seguridad resultaban igualmente anulados o activados . << Base-madre-tres- >> era la primera << contraseña >> , la que habría el gravitatorio . << Ravid >> ( en ingles ) lo cerraba .
Si teníamos la desgracia de perder la memoria , ¿ cómo regresaríamos a nuestro verdadero tiempo ? ¿ Cómo << abrir >> aquel muro infranqueable ? ¿ Cómoretener el << santo y seña >> ?
Por supuesto , cuando me veía asaltado por estos pensamientos , yo mismo me recriminaba el absurdo planteamiento con otra realidad mucho más trágica : si el mal que padecíamos desembocaba en una amnesia , ¿ qué importaba la << contraseña >> ? Lo más probable es que no supiéramos qué era la << cuna >> ni dónde hallarla . Aun así , no sé por qué , continué envuelto en aquel conflicto ...
Nada falló . Y me reproché la pérdida de energía . El Destino , sin embargo , estaba avisando ...
Santa Claus desconectó los sistemas y , a los treita minutos , no hallábamos en el interior del módulo.
Todo parecía en orden ...
Y recordé el consejo del Maestro en la mañana en la que nos disponíamos a partir del Hermón : << Confía ... Si tienes esperanza , lo tienes todo . >>
Era increíble . Allí estábamos , en la << cuna >> , sanos y salvos . Y me reí de mi desasosiego cuando , aquel lunes , en la montaña , comprobé que ya no quedaban antioxidantes . Sólo había transcurrido un día sin las necesarias dosis de dimetilglicina ...
Chequeamos los parámetros , aunque , a decir verdad , no era preciso . El fiel Santa Claus era infinitamente mejor que nosotros . A Eliseo le preocupaba el estado del combustible y , obviamente , la remota posibilidad de una fuga . Los propulsores hipergólicos ( se queman espontáneamente cuando se combinan , sin necesidad de ignición ) estaban diseñados para una conservación indefinida , siempre y cuando se encontraran almacenados en el lugar adecuado y con las condiciones mínimas exigidas . Como ya mencioné , al aterrizar sobre el Ravid , la nave disponía de algo más de siete toneladas de combustible ( sin contar la reserva ) . No se había producido ningún descenso apreciable en el nivel de los tanques . Seguíamos a un 44 por ciento de nuestras posibilidades ( conviene recordar que el vuelo de regreso y el descenso sobre Masada demandaba algo más de seis mil ochocientos hilos de combustible ).
El ingeniero y piloto respiró aliviado .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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