Cuando una de las aves , protestando por la persecución , era encarrilada hacia el corral , otras se cruzaban en su camino , malogrando los esfuerzos del Galileo . Y vuenta a empezar...
Eliseo , contagiado , se unió a la inútil persecución . No sólo no lograron devolver las astutas gallinas a su recinto , sino que , en más de unoa y en más de dos oportunidades , trpezaron entre si . Y fue en uno de esos topetazos cuando ambos , finalmente , rodaron por el suelo .
Ahí concluyó la persecución . El alboroto llamó la atención de las mujeres y las tres se presentaron junto al granado , contemplando el desastre . Fuero ellas las que , hábilmente , redujeron a las intrusas y las devolvieron al corral .
Jesús regresó al parterre bajo la acusadora mirada de las hembras . Al pasar , malicioso , me hizo un guiño , al tiempo que susurraba :
- Lo mío no son las rebeliones ...
Poco despues lo vimos atareado en una cuidadosa operación , plantando y humedeciendo el eb o retoño de olivo . Allí permaneció el vastago , hasta que el Destino decidió trasladarlo.
Las mujeres hablaron de la cena . ¿ Dónde la preparaban ? Aún faltaban tres horas para el crepúsculo y el viento seguía recio e impertinente . Esta sugirió que el fogón , en el patio , no era buena idea . El maarabit podía convertir la cena en una tortura . Ruth se mostró conforme . Lo más sensato era la cocina de invierno . Allí trabajarían.
Y la pelirroja , tirando de la Señora , se encaminó hacia el inmueble que se levantaba al fondo del patio . La embarazada , por su parte , con la niña pegada a la túnica , se alejó en dirección contraria , hacia su casa .
No supe explicarlo . El mutismo de María , la madre de Jesús - la Señora -, me tenía desconcertado . En el año 30 , cuando la conocí , era puro nervio . Ella gobernaba y se movía sin cesar , Ahora , en cambio , permanecia en segundo plano y en la mayoría de los casos , ausente ,
¿ Qué estaba pasando ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Eliseo , contagiado , se unió a la inútil persecución . No sólo no lograron devolver las astutas gallinas a su recinto , sino que , en más de unoa y en más de dos oportunidades , trpezaron entre si . Y fue en uno de esos topetazos cuando ambos , finalmente , rodaron por el suelo .
Ahí concluyó la persecución . El alboroto llamó la atención de las mujeres y las tres se presentaron junto al granado , contemplando el desastre . Fuero ellas las que , hábilmente , redujeron a las intrusas y las devolvieron al corral .
Jesús regresó al parterre bajo la acusadora mirada de las hembras . Al pasar , malicioso , me hizo un guiño , al tiempo que susurraba :
- Lo mío no son las rebeliones ...
Poco despues lo vimos atareado en una cuidadosa operación , plantando y humedeciendo el eb o retoño de olivo . Allí permaneció el vastago , hasta que el Destino decidió trasladarlo.
Las mujeres hablaron de la cena . ¿ Dónde la preparaban ? Aún faltaban tres horas para el crepúsculo y el viento seguía recio e impertinente . Esta sugirió que el fogón , en el patio , no era buena idea . El maarabit podía convertir la cena en una tortura . Ruth se mostró conforme . Lo más sensato era la cocina de invierno . Allí trabajarían.
Y la pelirroja , tirando de la Señora , se encaminó hacia el inmueble que se levantaba al fondo del patio . La embarazada , por su parte , con la niña pegada a la túnica , se alejó en dirección contraria , hacia su casa .
No supe explicarlo . El mutismo de María , la madre de Jesús - la Señora -, me tenía desconcertado . En el año 30 , cuando la conocí , era puro nervio . Ella gobernaba y se movía sin cesar , Ahora , en cambio , permanecia en segundo plano y en la mayoría de los casos , ausente ,
¿ Qué estaba pasando ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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