martes, 15 de noviembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 23 de setiembre , Domingo ( 2 )

Cestería , tejidos , recipientes de barro y de vidrio de todas las formas y tamaños , sacos de especias , verduras , muebles , ropa y artículos de cosmética , entre otros , hacían difícil el avance sobre el enlosado negro . En uno y otro sentido - hacia el yam o hacía la triple puerta  , e el norte , por la que acabábamos de pasar - se cruzaban interminables reatas de onagros , cargadas con toda suerte de fardos . Y entre los jumentos y los mulos , los inevitables burreros , semidesnudos , con los palos en alto , amenazando y abriendo paso entre los desprevenidos .
Un día más , supuse ...
Y a cosa de un centenar de metros del cruce con el decumani , la segunda calle principal , a nuestra derecha , conforme caminábamos , creí reconocer la taberna en la que había entrado - en el << pasado >> - con Jonás , el felah que me condujo hasta el astillero de los Zebedeo .
Aquél era un buen sitio para preguntar por un primer alojamiento . Estas tiendas de bebidas , en las que servían también comida , constituían los más destacados << centros de información >> sobre la vida en Nahum. Allí lo sabían todo sobre todos y , si era necesario , lo inventaban . La cuestión era no defraudar al posible cliente ...
Expuse la idea y , decididos , entramos en el lugar . Recordaba que el dueño era un tal Nabú , un sirio afincado en el lago desde hacía años .
El antro , iluminado con dificultad por varias lámparas de aceite que colgaban de las vigas , se hallaba poco concurrido . En el centro de la sala , completamente borrachos , canturreaban dos individuos . Se sujetaban , peor que bien , a sendos taburetes y a una mesa de pino , más negra que las paredes de piedra . Frente a la puerta , el típico mostrador , formado por una hilera de panzudas tinajas  . Una plancha de madera , tan sebosa como el resto de las mesas , servía de tablero . Siete orificios permitían el acceso a las referidas tinajas .
En un extremo de la << barra >> , acodado y aburrido , se hallaba Nabú , hinchado como un odre de vino , sudoroso y somnoliento , esperando pacientemente que los clientes reclamaran una nueva jarra de schechar , la cerveza caliente , destilada con mijo , especialidad de la casa .
Autor : J.J.Beitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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