La religión , como digo , causó furor . Los romanos , sobre todo , la consideraron una verdadera alternativa a los treinta mil dioses que los esclavizaban . Los más humildes o despreciados vieron en Mitra un salvador que juzgaba , no por las riquezas o el poder , sino por la actitud de cada cual en la vida . Esa promesa de felicidad aseguraba el paso de un cielo a otro , hasta llegar al << séptimo >>, según el mitracismo . Sólo había un << problema >> : las mujeres no formaban parte de este culto ...
Una vez iniciados , los seguidores de Mitra se reconocían por una serie de señales secretas , por la huella en la frente del << sol victorioso >> y por el tratamiento - sólo entre hombres , claro está - de << hermanos queridisimos >>.
El culto a Mitra , en definitiva , constituyó toda una esperanza en los tiempos de Jesús . Fue otra opción en las llamadas religiones mistéricas ( la mayoría oficiales ) , practicadas por los gentiles . Junto a éstas , como fue dicho , aparecían los epicúreos , los estoicos , los cínicos y los escepticos , amén de una constelación de creencias paganas , a cual más absurda y peregrina .
Cuando pregunté a Belsa por Jesús de Nazaret , se encogió de hombros . Era la primera vez que oía el nombre . No insistí . No era el momento...
Y guiados por el experto jefe jefe de << escaladores de palmeras >> proseguimos por la senda que descendía hacia el mar Muerto . La temperatura , en ascenso , podía rondar los treinta grados Celsius . El día se presentaba nuevamente agotador .
Y tras la providencial aldea de Ruppin , nuestros pasos se dirigieron a lo que Belsa llamó las << once lagunas >> Los palmerales , huertos y plantaciones de flores fueron sustituidos , de prnto , por un bosque apretado como un puño , verde y amarillo , con hermosos y desafiantes álamos del Éufrates , algunos de treinta metros de altura . Y al poco , entre las cortezas grises , aparecieron las lagunas .
El << guía >> apretó el paso . . Sobre las verdosas aguas temblaban y se desplazaban numerosas nubes de insectos y mosquitos . Era la peor de las amenazas , la malaria ...
Una familia de francolines , asustada ante la intromisión de aquellos humanos , voló rápida y escandalosa , agitando su plumaje moteado , y despabilando , a su vez , a otra colonia de garzas nocturnas.
- Son tan exquisitas como las perdices - aclaró el persa , señalando a los huidizos francolines -. Sobre todo , los de collar castaño ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Una vez iniciados , los seguidores de Mitra se reconocían por una serie de señales secretas , por la huella en la frente del << sol victorioso >> y por el tratamiento - sólo entre hombres , claro está - de << hermanos queridisimos >>.
El culto a Mitra , en definitiva , constituyó toda una esperanza en los tiempos de Jesús . Fue otra opción en las llamadas religiones mistéricas ( la mayoría oficiales ) , practicadas por los gentiles . Junto a éstas , como fue dicho , aparecían los epicúreos , los estoicos , los cínicos y los escepticos , amén de una constelación de creencias paganas , a cual más absurda y peregrina .
Cuando pregunté a Belsa por Jesús de Nazaret , se encogió de hombros . Era la primera vez que oía el nombre . No insistí . No era el momento...
Y guiados por el experto jefe jefe de << escaladores de palmeras >> proseguimos por la senda que descendía hacia el mar Muerto . La temperatura , en ascenso , podía rondar los treinta grados Celsius . El día se presentaba nuevamente agotador .
Y tras la providencial aldea de Ruppin , nuestros pasos se dirigieron a lo que Belsa llamó las << once lagunas >> Los palmerales , huertos y plantaciones de flores fueron sustituidos , de prnto , por un bosque apretado como un puño , verde y amarillo , con hermosos y desafiantes álamos del Éufrates , algunos de treinta metros de altura . Y al poco , entre las cortezas grises , aparecieron las lagunas .
El << guía >> apretó el paso . . Sobre las verdosas aguas temblaban y se desplazaban numerosas nubes de insectos y mosquitos . Era la peor de las amenazas , la malaria ...
Una familia de francolines , asustada ante la intromisión de aquellos humanos , voló rápida y escandalosa , agitando su plumaje moteado , y despabilando , a su vez , a otra colonia de garzas nocturnas.
- Son tan exquisitas como las perdices - aclaró el persa , señalando a los huidizos francolines -. Sobre todo , los de collar castaño ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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