miércoles, 5 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - tomo 8 - del 5 al 13 de enero ( 16 )

Los antepasados de Yu , huidos del archipielago de Chusan , eran constructores de barcos . Él lo llevaba en la sangre , y soñaba con superar a sus maestros . Y contaba que , en la lejana antigüedad , en la China , ya se habían construidos barcos , como jamás hubiera imaginado el mundo . Y se reía de la gran galera de Tolomeo IV , construida en las costas de Fenicia dos siglos antes , cuyos remos eran accionados por cuarenta bogadores . Yu relalataba las hazañas de los naggar de los emperadores de la Primavera y el Otoño ( entre el 700 y el 400 antes de Cristo ) , que fueron capaces e construir barcos de guerra , y de transporte , de más de cuatrocientos chis ( unos ciento cincuenta metros de eslora ) . Disponían de tres cascos y nueve mástiles . Eran , prácticamente , insumergibles . Disponían , incluso , de tanques especiales en los que vivían nutrias amaestradas , que colaboraban en las faenas de pesca.
Nunca supe si fueron historias kui , fruto de su imaginación , o realidad . Pero eso , como digo , qué importaba . Yu era un soñador , y , como tal , un hombre diferente , bueno , un pensador o , como él decía , << un peligroso revolucionario >> . Quizá tenía razón : no hay nada tan esquinado para el poder establecido como alguien que piensa . Trataba de ser uno con la naturaleza . Sentía piedad hacia los que , según él , no estaban en condiciones e defenderse . Por eso , cuando paseaba por el campo , o por las orillas del yam , cambiaba las piedras de posición . << Ahora , decía , podrán ver el mundo desde otra perspectiva . >> Lo confieso . Desde entonces , siempre que puedo , cambio las las piedras de posición , en memoria de Yu , y por si acaso . En la noche contaba las estrellas . Dijo saber de unas ocho mil . Defendía un principio inconcebible en aquel tiempo , y todavía ahora : cultura - aseguraba - es tolerancia . Por eso nadie era menos , ni tampoco más , al menos en su segundo << campo de cinabrio >> , el corazón . Era un kui deslumbrado por lo curvo . No creía en la línea recta . Aseguraba que el Gran Uno , de existir , tenía que ser un círculo central de cada pensamiento . Decía que somos tan pequeños que sólo podríamos caber en la imaginación de alguien muy grande .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto