jueves, 27 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero , lunes ( 49 )

Quizá fuera la décima ( cuatro de la tarde ), cuando lo divisé por primera vez. Oscurecería en breve .
Nos encontrábamos en lo alto de una nueva colina , otra más .
El Maestro buscó una de las formaciones rocosas que florecían entre el olivar , y se sentó . Yo también me sentía fatigado . Según mis cálculos , hasta esos momentos , habíamos caminado alrededor de quince kilómetros , desde el campamento de Yehohanan , en el meandro Omega .
¿ Cómo describir el lugar ? ¿ El fin del mundo ? Algo así...
La senda , cada vez más estrecha y descuidada , nos condujo , como digo , a lo alto de una de las numerosas elevaciones . Despues , al retornar al Ravid , perfilé los detalles . Aquel paraje se hallaba a 575 metros de altura . Los yébels , las colinas de caolín , hacía tiempo que se habían quedado atrás . Ahora , el terreno era más pedregoso , con multitud de agujas calcáreas , blancas y azules , que competían con los zayit.
Y al fondo de la colina , prisionero de los olivos , distinguí un amasijo de adobe . Eran casas de color ocre , maquilladas en rojo por el atardecer.
Y Jesús , a media voz , pronunció el nombre del poblado :
- Beit Ids ...
¿ Poblado ? Ni siquiera eso ...
En la distancia , entre las hileras de olivos , más me pareció un caserón , con sus múltiples dependencias , que una aldea o villorrio . Y supuse que era el lugar indicado por el Maestro para pasar la noche .
Lo agradecín .
Algunos ladridos , rápidos , dieron aviso . Traté de ver algo . Salté sobre una de las rocas y oteé las copas del olivar . Sólo aprecié un par de columnas de humo blanco , e imaginé a los perros , alteradosn , frente a los muros de barro . Ojalá se hallaran atados ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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