lunes, 17 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero , lunes ( 11 )

No importaba .
¡ 14 de enero ! ¡ Lo olvidé ! El viejo Zebedeo estaba en lo cierto , y también Bartolomé , el Oso de Caná . Acertaron ...
Me encontraba ante lo que denominan el << bautizo >> del Maestro en el Jordán . No era el Jordán , pero eso , ahora , carecía de importancia .
Los cielos , supongo , también contuvieron la respiración . Sólo se oía la lluvia . Las chispas eléctricas se limitaron a iluminar el interior de los cumulonimbos , retumbando en la lejanía .
El anunciador aguardó .
Jesús , sin embrago , no se movió . Seguía con la corriente por la cintura , a poco más de dos metros de Yehohanan . Quien esto escribe , movido por el Destino , se había situado en el filo del basalto , muy cerca , con el Maestro a mi derecha y el Anunciador a la izquierda . Ni aun proponiéndomelo hubiera logrado una posición tan ventajosa ...
¡ Increible Destino ! Definitivamente , Él sabe ...
Y sonreí para mis adentros . Era la segunda vez que confundía al Galileo con Belsa ...
Jesús lucía la habitual cinta de lana sobre la frente , típica de Él cuando emprendía los viajes . Los cabellos y la barba chorreaban  agua . Tenía la mirada fija en su pariente ( sus respectivas madres eran primas segundas ) .
Observé al Anunciador y comprendí que no lo había reconocido . Como digo , se limitó a esperar . Por supuesto , no era normal que el aspirante al << reino >> se demorara . Nada más << bajar al agua >> , el candidato se acercaba al gigante y éste lo hundía sin misericordía .
Si la memoría no fallaba , hacía tece años que no se veían . La última reunión , en Nazaret , fue un fracaso . Como ya expliqué en su momento , Jesús rechazó las propuestas del impetuoso Yehohanan . Tenían dieciocho años .
Hasta cierto punto , era lógico que no lo reconociera . La lluvia no ayudaba , y trece años era mucho tiempo ...
Entonces , el Maestro , sin dejar de mirar a Yehohanan , se aproximó un paso .
¿ Cómo explicarlo ?
Yo había visto esa mirada anteriormente ...
Sí , fue en el kan de Assi , cuando el Maestro limpió el rostro de Aru , el negro tatuado .
Fue una mirada de infinita ternura .
¿ Cómo transmitirlo ? No es fácil ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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