viernes, 7 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - del 5 al 13 de enero ( 22 )

La lluvia se presentó de nuevo , e interrumpió las labores en el astillero . Y quien esto escribe se reunió con el maestro Yu antes de lo previsto . Recuerdo que me había sentado sobre la fina escoria volcánica , cerca del arcón de los libros , y prestaba atención a sus palabras . Como ya mencioné , nadie entraba en el << pabellón secreto >>. ¿ Cómo llegó hasta allí ? Nunca lo supe . Mejor dicho , tengo una sospecha , pero no es creíble ...
Yu olvidó el incidente con los am . Ahora paseaba , arriba y abajo , con las manos cruzadas sobre el pecho , e intentaba transmitirme su idea del hombre jing, la máxima expresión de lo que el taoísmo denomina los << Ocho Resplandores del Interior >>. Jing , en tradución del chino , equivale a << radiante >> . Ésa , como digo , es la categoría última a la que puede aspirar un ser humano , según el Tao . << Radiante >> en sus pensamientos , en sus buenas obras , en su mirada , en sus silencios , y hasta en su caminar . Todo kui era un jing , por definición , o debería serlo . Por debajo , según Yu , estaban los hombres y mujeres << resplandecientes , brillantes , simplemente luminosos , los hombres mate , los grises , los opacos y los sin luz >>. Y en ello andaba , imaginando las diferencias , cuando percibí un destello ...
En realidad , no sé  qué fue primero . Quizá , al verlo , ya había sentido aquel acúfeno , en el interior de la cabeza . Casi había olvidado el zumbido en los oídos ...
Yu continuó hablando , y yo tomé una de las lucernas . La aproximé y verifiqué que no era un error . Allí , medio enterrado en la ceniza que tamizaba el barracón , justamente entre mis pies , se hallaba un pequeño disco , de un negro brillante .
Me hice con él , y lo examiné con curiosidad. No estuve seguro , pero parecía jadeíta , una bella pieza , delicadamente trabajada y pulida . No creo que rebasara los tres centímetros de diámetro . El centro había sido horadado y , en su lgar , el ofebre dispuso un diminuto círculo , con una serie de símbolos chinos , todo en oro . La gema aparecía engarzada en una finisima lámina , igualmente dorada , con unpequeño enganche . Se trataba , evidentemente , de un colgante . Y supuse que era propiedad de Yu.
Quizá lo había extraviado . No podía ser de otra forma , dado que los símbolos eran chinos , y que nadie tenía acceso a su sanctasanctórum . Y al hacerla girar entre los dedos , volvió a destellar . Fue como una << señal >> , pero , lógicamente , no me percaté ...
Se lo entregué , y le expliqué que estaba en el suelo , entre mis sandalias .
Yu interrumpió la explicación sobre los jing y examinó la pieza .
- No es mío - declaró , al tiempo que me lo devolvía -. Es jade negro ...
El hombre kui captó mi extrañeza y se apresuró a matizar :
- Yo utilizo el jade para conseguir la inmortalidad . Como sabes , lo consumo , pero es verde , o blanco, o malva , o rojo , o amarillo , pero jamás negro ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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