sábado, 15 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero , lunes ( 3 )

Cuando me detuve , sólo Abner continuaba en pie sobre una de las piedras planas de la orilla . Efectivamente , era un ari , un león , según los judíos . El trueno me dejó temporalmente sordo . Paro di gracias al cielo . Pudo haber sido mucho peor . ..
Yehohanan saltó sobre el basalto . Depositó la colmena de colores en la piedra y dedicó un tiempo a observar el bosque , y a los huidos . Abner no respiraba .
Después , lentamente , con su habitual teatralidad , fue levantando lo brazos hacia la gran nube negra .
Me aproximé , despacio . Otros discípulos , más o menos recuperados , hicieron lo propio .
Yehohanan siguió en la misma postura , con el rostro encarado a la tormenta , y los ojos cerrados . La lluvia , y los relámpagos , no parecían afectarle . Las culebrinas se sucedieron , iluminando las largas trenzas rubias , casi blancas , ahora chorreates , al igual que la correosa piel y el saco que empuñaba en la mano derecha .
Así transcurrió un minuto . Quizá  más ...
Los íntimos se miraron entre sí , sin saber que pensar .
Y la lluvia empezó a ceder . Las chispas se espaciaron , y se hicieron más lejanas .
El Anunciador no se movió . Y así discurrió otro minuto .
Abner , interpretando la actitud de su ídolo como el preámbulo de algo importante , solicitó calma con las manos . Los << justos >> asintieron y aguardaron , siempre atentos al gigante de dos metros de altura .
Abner estaba en los cierto . Algo iba a suceder , pero no lo que imaginábamos ...
Y los acampados , al verificar que las descargas se alejaban , y que la lluvia se amansaba , asociaron el ebilitamiento de los << cb >> con la presencia del vidente . Entonces , entusiasmados , corrieron hacia las plataformas de basalto , coreando el nombre de Yehohanan , como << dominador de las tormentas >> .
El Anunciador no se inmutó . Y allí prosiguió , con los brazos en alto y los collares de conchas marinas oscilando y tintineando tímidamente , a cada golpe de lluvia y de viento .
Verdaderamente , era un hombre extraño ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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