lunes, 17 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero , lunes ( 9 )

Como digo, quedé tan confuso que no pregunté . Era lo último que esperaba en Omega ...
Era él , co cabía duda , con su canosa y pobleda barba , y la cinta negra de tela en la frente , sujetando el cabello . Vestía la habitual túnica blanca , con la faja roja , y el inseparable gladius .
Me hizo una señal , e indicó caminando hacia los discípulos del Anunciador , y quien esto escribe permaneció bajo la lluvia , como un perfecto estúpido .
En esos momentos  no fui consciente de lo que sucedía , y mucho menos , de lo que estab a punto de ocurrir ...
Olvidé al ladron , por supuesto .
Finalmente , el Destino supo dirigir nis torpes pasos . No sé cómo lo hice , pero me separé de la fila y fui a situarma junto a la corriente , muy cerca del Anunciador . Deseaba contemplar la ceremonia de inmersión del hermano de Jesús . No lograba entender por que había acudido ante Yehohanan . En elgunas ocasiones , en la << casa de las flores >> , oí sus palabras sobre el Mesías , y también sobre el gigante de las siete trenzas , Sabía de su admiracion por él . Había escuchado atentamente a la Señora , y sus reproches por no secundar la acción de Yehohanan , su pariente lejano , pero aquello sólo eran palabras ... Santiago estaba allí , dispuesto a ser bautizado . Santiago conocía el pensamiento de su hermano . Le había oído hablar muchas veces de un Dios totalmente opuesto al que predicaba el Anunciador . ¿ Cómo era posible que hubiera bajado al valle del Jordán? ¿ Significaba esto un defitivo enfrentamiento con Jesús ?
Una bez más me equivocaba ...
Yehohanan siguió con la labor . A cada toque de sofar , el candidato al << inminente reino del rompedor de dientes >> saltaba al cauce y con el agua por la cintura , se situaba frente al gigante de las siete trenzas ,
Y le llegó el turno a un individuo , también alto y corpulento , que se cubría con un manto color vino . Por detras observé a Santiago . Estaba a punto de << bajar al agua >> Sólo lo separaban del Artal el mencionado hombre y otro varón , algo más bajo , igualmente embozado con el ropón .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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