lunes, 17 de abril de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero , lunes ( 10 )

Otra fuerte descarga eléctrica desvió mi atención . La chispa partió de la gran nube negra que presidía el meandro y se propagó , vertiginosa , hacia la zona del guilgal . A au paso , la lluvia se iluminó , y fue barrida literalmente , golpeando con furia la superficie del río y la primera línea de árboles . El estampido me encogió el corazón . Todos , instintivamente , llevamos las manos a la cabeza , como si aquel gesto fuera a protegernos de la mortifera energía ( probablemente , más de un millón de voltios).
Fue entonces cuando presté mayor atención al citado individuo . Era el único , junto a Yehohanan , que no intentó protegerse . Había entrado en el cauce del río , y esperaba , inmovil , a que concluyera la inmersión del que le precedía .
Vestía una túnica roja y , como digo , se protegía del diluvio con un manto . No pude ver la cara , pero los movimientos me resultaron familiares .
- Neqe ! ( Limpio )
El sofar se habrió paso entre el pertinz golpeteo de la lluvia contra seguidores , árboles , y contra el no menos sufrido afluente , y anunció la siguiente ceremonia de inmersión.
El hombre avanzó hacia el Anunciador ...
Creí reconocerlo .
¡ Belsa !
Me dijeron que estaba ausente ...
Pero ¿ por qué descendió al río ? Que yo supiera , hacía tiempo que había sido purificado por el Anunciador ...
¡ Qué extraño !
Belsa era uno de los treinta y seis << justos >> . Ya estaba consagrado . ¿ Por qué se sometía a la purificación por segunda vez ?
De pronto , el hombre del ropón de color vino se detuvo . Y , lentamente , levantó las manos hacia el embozo .
¡ Esas manos ! ¡ No eran las del persa !
Dejé caer el saco de viaje sobre la piedra negra y chorreante y asistí , atónito , a lo que sin duda , iba a ser el momento más importante de aquel lunes , 14 de enero , del año 26 de nuestra era . Calculo que el sol se hallaba en lo más alto , como no podía ser menos ..
¡ Esas manos ! ¡ Yo las conocía bien !
Y el Hombre retiró el manto ...
¡ Dios bendito !
¡ Era Él ! ¡ Era el Maestro !
Se hallaba en el Artal , a punto de ser purificado (?)  ( que extraña resulta la palabra ) por Yehohanan ...
Recuerdo que tuve un primer pensamiento : << No comprendo ... >>
Así era . No comprendía el porqué de la presencia de Jesús en aquel ceremonial.
 Autor : J.J Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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