sábado, 9 de agosto de 2014

Caballo de Troya - Volumen 1 - Nuevamente en Washinton ( 12 )

Por otra parte , y según  pude comprobar personalmente , si el mayor hubiera encerrado su información  en una de las cajas de seguridad de cualquiera de estos bancos  , ni yo ni nadie hubiera podido tener acceso a la misma de no disponer de la correspondiente documentación  que le acreditase como legítimo propietario o usuario de la caja  . En algunos casos  , incluso , estas medidas de seguridad se veían reforzadas  con la existencia de una segunda llave  , en posesión  del responsable o vigilante  de la cámara acorazada del banco . No obstante , y por apurar hasta el último resquicio , inicié  una última  y doble investigación  . Yo conocía  la identidad del mayor  y comencé  a pulsar una serie de resortes y contactos  - a nivel de Embajada Española y del propio Pentágogo -, a fin de esclarecer si el fallecido militar norteamericano conservaba algún pariente en Washington . Aquélla , a todas luces , fue mi mayor imprudencia , a juzgar por lo que sucedería dos días despues ..
El segundo frente - al que gracias a Dios concedí mayor dedicación - consistió en chequear las direcciones  de las dos centrales y cincuenta  y ocho sucursales de correos en la ciudad . En la U.S. Postal Service ( Head Quarters ) , que viene a ser el cerebro central del servicio de correos de todo el país , un amable funcionario extendió ante mí la larga lista de estaciones postales radicadas en Washington D.C. .
Al echarme a la cara la citada relación  , en busca de algún indicio sobre el refractario nombre de << Benjamin >> , mis ojos no pudieron pasar de la primera sucursal . Pegué un respingo . En la lista aparecía lo siguiente :
Box Nos .- 1 - 999. - Benjamin franklin. STa. Avenida de Pennsiylvania  ( Washington D.C. 20044 ).
Anoté los datos , sin poder evitar que mi mano temblara  en una mezcla de emoción y nerviosismo . Prendí un nuevo cigarrillo , buscando la manera de calmarme  . Tenia que estar absolutamente seguro de que aquella era la ansiada pista  . Y recorrí las sesenta direcciones  con una meticulosidad que ni yo mismo logro explicarme .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto