martes, 2 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 89 )

Faltaban pocos minutos para las ocho de la mañana cuando la reducida comitiva dejó atrás el barrio alto de Jerusalén . Caballo de Troya había creido desde un principio que el encuentro de los sanedritas con el gobernador romano tendría lugar precisamente por el portalón y túnel de la fachada oeste de la Torre Antonia ( aquella por la que yo había tenido acceso en compañía de José , el de Arimatea ).
Pero no fue así . Caifás y los saduceos cruzaron ante el muro de protección situado frente al foso y , sin dudarlo , doblaron la esquina noroeste , en dirección a otra de las puertas de entrada al cuartel general de Poncio en la ciudad santa . Yo había convenido con Pilato y su primer centurión , Civilis ; que mi ingreso en la fortaleza se produciría por el puesto de guardia ya mencionado . Y durante algunos segundos , mientras mi cerebro buscaba una solución , me dejé arrastrar - casi por inercia - por el pelotón . Al doblar aquella esquina de Antonia , la súbita presencia presencia del anciano José de Arimatea y otro joven hebreo hizo que olvidadra momentáneamente mis dudas . José , lógicamente , estaba al tanto de los pasos de Jesús y del sumo sacerdote . Aunque no lo había visto en el juicio , deduje que sus << contactos >> le mantenían puntualmente informado . El hecho de estar allí era una prueba .
Caifás tuvo que ver a José . Pasó prácticamente a su lado . Sin embargo , ni siquiera le saludó . El anciano , al descubrir al Maestro , se sobrecogió . Aunque posiblemente estaba informado también de la tortura a que había sido sometido , al comprobarlo por si mismo palideció . Sin levantar demasiadas sospechas fui quedándome atrás , hasta unirme a él y a su compañero . Y así seguimos al pelotón .
El de Arimatea , que parecía haber perdido las esperanzas que había tratado de contagiarme en el patio del palacete de Anás , al captar mi desconfianza por la presencia de aquel joven desconocido me insinuó que hablase abiertamente . Su acompañante era uno de los << correos >> de david Zebedeo . Estaba allí , según me explicó , para transmitir las últimas noticias al cuerpo de emisarios que había sido centralizado por David en el campamento de Getsemaní .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez         

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