viernes, 5 de junio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 111 )

Lo primero que me llamó la atención de aquella espaciosa sala , perfectamente iluminada  por tres grandes ventanales orientados hacia el norte , fue un silló de madera negra , magistralmente tallado y situado a la derecha de la cámara . Se trataba , sin duda , de un trono . había sido elevado sobre un entarimado , también de oscura madera .
A corta distancia , y ocupando el centro de la sala  , se abría una piscina circular de cuatro o cinco metros de diámetro y una profundidad difícil de precisar , a causa del líquido blanco que la llenaba . A los pies del trono , una veintena de individuos  aparecían recostados en voluminosos y blancos almohadones de plumas . Al vernos se hizo un gran silencio .
Pero , por más que traté de identificar a Sntipas , no lo logré . El Maestro fue situado por el centurión frente al sillón de madera , entre la piscina y aquella pléyade de acicalados << primos y amigos >> del tretarca , que miraban estupecfactos al Galileo y a los infantes romanos .
Caifas rompió al fin aquel violento silencio . Se adelantó hacia el grupo de cortesanos y extendió el pergamino de las acusaciones a un individuo extremadamente flaco , igualmente recostado y semioculto entre los cojines .
Al ponerse en pie pareció ante mí un Herodes difícil de imaginar . A pesar de sus 55 años , su aspecto era el de un viejo . Bajo una túnica prácticamente transparente se adivinaba un pellejo esquelético , sembrado de costras cenicientas y sucias , que los romanos denominaban la enfermedad de << mentagra >>  ( Plinio el Viejo , en su historia Natural , describe esta enfermedad asegurando que las citadas úlceras empezaban siempre por el mentón . De ahí el nombre de << mentagra >> . Según nuestro computador , aquella dolencia fue importada desde Asia por un ciudadano de Perusa . Nota del Mayor ).
Aquellas úlceras - que hoy nos harían pensar en una posible sífilis  - se habían hecho especialmente prolíficas en sus manos , cuello y rostro . Para colmo , Antipas lucía un cabello largoy recortado en la frente , teñido de un rubio aparatoso.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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