jueves, 12 de enero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - del 20 al 26 de octubre ( 4 )

El Maestro se inclinó , lo tomó entre sus brazos y lo alzó como una pluma . El individuo , al notar el contacto de las manos , intuyó que la chusma volvía a la carga y se estremeció , encogiéndose cuanto pudo .
Jesús lo apretó contra el mandil de cuero y , dulce y mansamente , besó sus cabellos .
Los ojos de Yu se humedecieron ..., y también los míos .
¿ Quién era aquel Hombre ? ¿ Hasta dónde llegaba su poder y su ternura ?
Y el Maestro caminó decidido sobre la gehenna , alejándose de los atónitos buscadores de basura .
Fue entonces , al cruzar frente a este explorador , cuando lo reconicí.
¡ Dios ! ...
El hombre que había estado a punto de morir y que ahora era trasladado en brazos del Hijo del Hombre era ...
¡ No podía ser !
Corrí tras el Maestro e intenté confirmar la primera sensación .
Sí , lo era ...
Pero ¿ cómo era posible ?
Jesús , con sus habituales grandes zancadas , no tardó en alcanzar el astillero . Se dirigió al pabellón que hacía las veces de vestuario y allí lo recostó . Solicitó agua y le dio de beber .
Eliseo m al verlo , se estremeció . Y señalando al hombre , exclamó:
- Pero ...
Me encogí de hombros . Yo sabía tanto com él .
Jesús lo dejó en manos de Yu y regresó a su puesto . Yo lo miraba y no daba crédito ...
El chino lo exploró , y dedujo , acertadamente , que no tenía ningún hueso roto . Había tenido suerte . Sólo eran visibles algunas magulladuras , una ceja rota y sangrante , una túnica sucia y hanbre , mucha hambre ...
¡ Dios santo ! ... ¡ Kesil !...
Nuestro fiel servidor y amigo en el valle del Jordán . Pero ¿ cómo había llegado hasta Nahum ?
Cuando logró recuperarse , nos abrazó . Y Eliseo lloró con él .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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