domingo, 15 de enero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 27 de octubre , sábado ( 7 )

De haber intentado localizar a Yehohanan nada más pisar Salem , lo más probable es que no hubiera entrado en contacto con aquel singular sabio .
Abá Saúl escuchó al felah que me había conducido hasta su hogar . Después atendió mi súplica . Sólo buscaba un lugar donde refugiarme durante la noche ; no molestaría .
Me dejó hablar , observando atentamente mis manos y mis ojos .
No me sentí incómodo . Inspiraba paz . Todo en él era luminoso . Vestía de blanco . Siempre de blanco . Sus cabellos , hasta la espalda , eran como la espuma marina . Nunca se los recogía .
Sonrió y me hizo pasar. Conversó brevemente con Jaiá y me invitó a tomar asiento  sobre una de las esteras de esparto . Así fue como iniciamos aquella intensa amistad .
Jaiá m cuya traducción podría ser << viviente >> , sirvió el tradicional r ´fis ( sémola  tostada y amasada con dátiles triturados ) y un dulce zumo de savia de palma .
Me asombró el brindis de Saúl:
- Lehaim!...
- ¡ Por la vida ! - repetí . Y la tristeza me salió al paso . Pero disimulé , o eso creí...
Y el anciano siguió formulando preguntas . ¿ Quién era ? ¿ De dónde procedía ? ¿ Cómo era mi vida ? ¿ En qué dios creía ?...
Respondí hasta donde me fue posible .
Y de pronto , inmersos en aquel interrogatorio , reparé en algo que me desconcertó . Los acaricié con las yemas de los dedos .
<< ¿ Casualidad ? ... No , imposible . >>ç
Abá Saúl se percató de mi << descubrimiento >> . A partir de ese momento , su tono cambió . Pareció feliz .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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