jueves, 19 de enero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - del 28 de octubre al 4 de noviembre ( 17 )

Traté de racionalizar el problema . ¿ A qué se debía aquel abatimiento ? ¿ Podía la lucha interna provocar un desmoronamiento físico y moral como el que soportaba ?
También pensé en el mal que nos aquejaba desde el primer << salto >> en el tiempo . ¿ Fallaban las neuronas ? ¿ Me encontraba ante un episodio de alteración espacio - temporal ?
Me asusté . Si era así , si resultaba atacado por lo que conociamos como << resaca psíquica >> , estaba perdido . Me hallaba solo a cuarenta kilómetros del yam . Si perdía el control de la situación , ¿ cómo advertir a Eliseo ? ¿ Sería capaz de retornar al Ravid ? Podía morir o , lo que era peor , vagar sin rumbo fijo y sin saber quién era realmente ...
E imaginé que ella tenía más fuerza de lo que había supuesto .
Sí y no ...
El viernes , 2 de noviembre , al despertar , me sentí bien , Los ánimos se pusieron en pie y los viejos fantasmas huyeron . Fue una falsa alarma . ¿ O no ?
Y regresé a Enaván.
Todo continuaba más o menos igual . Yehohanan , el Bautista , no había regresado . Seguía en algún punto desconocido del Jordán . Abner , acostumbrado a sus ausencias , procuraba suavizar la situación con sus diarias y , la verdad sea dicha , poco afortunadas prédicas . El número de curiosos creció . Ahora sumaban alrededor de quinientos . Judas también proseguía con lo suyo , medrando y cuchicheando entre los fieles seguidores , convencido de la secreta presencia de sus ídolos , los zelotas , entre los acampados .
Opté por retirarme . Prefería la soledad de Salem y la buena conversación de Abá - Saúl .
Algo extraño , además , me reclamaba en la aldea . No supe definirlo en esos momentos . Era una permanente inquietud . Se posó en mi corazón desde que acerté a divisar el villorrio.
<< Algo >> singular , sí , tiraba de mí hacia aquel puñado de casas de barro ...
Y me dejé llevar por la intuición . Caminé sin rumbo , saludando a los pacificos felah y jugueteando con la numerosa población infantil . Poco a poco , todos fueron familiarizándose con aquel larguirucho extranjero , casi siempre silencioso y taciturno .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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