lunes, 9 de enero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 , 19 de octubre , viernes ( 42 )

Y Santiago procedió con las bendiciones . Primero a los hombres : << Dios te haga como a Efraím y Menashé ..., y despues a las mujeres .
 Me setí turbado . No sabía dónde fijar la mirada . Mi corazón se aceleró . E imaginé que todos empezaban a preguntarse el porqué de aquella inquietud . Un enamorado supone cosas extrañas , verdaderamente .
Después , la familia entonó el Shalom alejem...
Jesús cantó con fuerza . Parecía más tranquilo y alegre que en la sinagoga .
Ni Eliseo ni yo abrimos la boca .
- ¡ La paz sea con vosotros , mensajeros de la paz , ángeles de la guarda ..., heraldos celestiales ...!
Al pronunciar la palabra << heraldos >> , el Maestro nos buscó con la mirada y sonrió durante unos segundos . Nadie se percató del fugaz pero entrañable << guiño >> . Mensaje recibido .
Y Santiago dio paso al kidush , la plegaria que recitaba el cabeza de familia al tiempo que imponía las manos sobre el vino y los panes , declarándolos sagrados .
- Y fue la tarde y fue la mañana ... El sexto día se concluyó la creación del cielo , de la Tierra y de todo lo que está en ellos ... El Santo había concluido su obra en el día séptimo ...
Terminada la recitación del kidush , Santiago , en mitad de un solemne silencio , tomó la copa más voluminosa y se la ofreció a mi compañero . Eliseo , agradecido , bebió y , sin saber qué hacer , consultó al jefe de la familia . La lógica ignorancia del ingeniero provocó algunas risas . Santiago , fiel a las reglas de la hospitalidad , me señaló , indicándole que me pasara la copa .
Bebí . Era un vino negro y dulce , muy agradable .
Entonces sucedió algo que no he sabido explicar . ¿ O sí ?
En lugar de entregar la copa a Santiago , para que siguieran bebiendo los hombres , tal y como establecía la costumbre , se la ofrecí a Ruth . La mujer dudó . Interrogó a su hermano con la mirada y éste , sonriendo , aprobó la supuesta incorrepción con un ligero y afirmativo movimiento de cabeza .
Y ocurrió . Al entregarle la copa , sus dedos rozaron los míos . Fue nada y todo . Y al momento nos miramos de nuevo . Fue todo y nada .
Retiré las manos y me quedé con aquel << todo >> , para siempre ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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