miércoles, 22 de marzo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 31 de diciembre , lunes ( 6 )

Eran pocos los que se atrevían a talar madera en dicha zona . Las indicaciones de Kol fueron suficientes para hallar el mahaneh , o campamento , en el que se concentraban Yu , el chino , y su gente . Debíamos caminar siempre hacia el este y cruzar el nahal Zawitan, afluente del Meshushim . Sin distraernos , y sin abandonar la pista recomendad por el judío , divisaríamos a los de Nahum en una hora , más o menos .
Hacimos cálculos . Dis`poníamos de luz y de tiempo más que sobrado . Oscurecería en unas cuatro horas .
Kesil alquiló una tienda de pieles de cabra y compró algunas provisiones . Kol se frotó las manos y , feliz , nos regaló un consejo : << la tormenta se haría vieja en el Attiq ... >> Eso significaba que las condiciones metereorológicas podían empeorar . Y añadió : << El zee , el lobo , ha empezado a rondar por Jaraba ...>> Mal negocio . E intentó vendernos el mejor talismán contra los lobos : manteca de león . Al embadurnarnos con ella , ningún zeeb se atrevería a aproximarse . La supuesta grasa de león era , en realidad , manteca de cerdo , un producto prohibido entre los hebreos . Pero el dinero era el dinero ...
Cargamos los sacos y la tienda y nos adentramos en los bosques . La lluvia continuaba obstinada . La temperatura fue descendiendo conforme ganamos en altura .
Y al salir de una gran mancha de alisos y olmos , el camino , una tímida pista , ahora de puro barro , se precipitó hacía el río Zawitan , de aguas espumosas y veloces . Al otro lado , según Kol , cacían las colinas de Attiq . Sólo divisé el verde y el negro de los bosques  , agitandos por la lluvia y por un incipiente e inoportuno viento .
Kesil abría el camino . Cada poco se detenía y me observaba . Todo iba bien , excepción hacha de mi corazón . Me hallaba a un paso de Eliseo ... y de Él .
Y la agitación me fue dominando . ¿ Cómo reaccionaría ? Al Maestro no deseaba verlo ; no en esas circunstancias . En cuanto al traidor ...
¡ Lo aplastaría !
¿ Cómo pudo hacerlo ? ¡ Cómo se atrevió a anular la contraseña ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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