miércoles, 22 de marzo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - tomo 8 - 31 de diciembre , lunes ( 9 )

Y seguimos avanzando , yo con el corazón agitado .
En mitad de la pequeña meseta se habría un calro . Allí habían levantado las tiendas y dispuesto la base de aprovisionamiento . Entrando por la senda que procedía de Jaraba , lo primero que distinguí fueron tres grandes tiendas , con las paredes parcheadas por pieles negras y blancas .Eran los refugios habituales , destinados al descanso . Dos fueron plantadas a la derecha del calvero , y una tercera , ala izquierda . En el centro , prácticamente , tres individuos trasteaban alrededor de un poderoso fuego . De lejos , no entendí. ¿ Cómo mantenian las llamas bajo el aguacero ? Y nos fuimos acercando .
No los reconocí . Los individuos no eran del astillero . Por un momento creí que habíamos equivocado el camino .
Nos vieron llegar , pero siguieron a la suyo , interesados en la marmita en la que borboteaba un guisote de carne y verduras . Eran cocineros , pero vestían de una forma peculiar , al menos para quien esto escribe . Uno de ellos se cubria con un aba , el capote típico de los pastores y montañeses , muy útilfrente al frío y la lluvia . Los dos restantes lucían una prenda insólita para mí : era una especie de << buzo >> o << mono >> de trabajo , de lana , cerrado por el pecho con un largo cordón , y y provisto de una amplia capucha . Lo llamaban sarbal . Se trataba de una prenda de abrigo , utilisima para trabajar en los montes , e ideada por los fenicios de Tiro . Por supuesto , los hábiles comerciantes judíos supieron mejorarla , confeccionándola en cuero , piel de oso e , incluso , lino , según los climas y las exigencias del comprador .
Al penetrar en el mahaneh comprendí . El fuego se hallaba protegido por un sombrajo - una tela embreada - que hacía de cobertizo . Cinco o seis cuerdas , amarradas a los árboles , amarradas a los árboles más cercanos , lo mantenían a un par de metros sobre el terreno .
Nos presentamos y preguntamos por la gente del Zebedeo . casi ni nos miraron . Eran vecinos de Jaraba , contratados temporalmente . No conocían a los Zebedeo .
Kesil , inteligente , pronunció el nombre de Yu , el chino , carpintero jefe de los astilleros . Entonces sí . Y señalaron uno de los senderillos que partían del claro , rumbo al sureste .
Estaban en la tala . Eso dijeron .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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