jueves, 9 de marzo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - del 17 al 30 de diciembre ( 7 )

Andrés , quizá por su carácter reflexivo , era más escéptico que Simón . Creía en el Libertador político , religioso y social , pero menos ...
La última sorpresa de aquella jornada llegó con la caída del sol .
El Destino , una vez más ...
Abá Saúl y quien esto escribe nos hallábamos a la puerta de la casa . Conversábamos y aguardábamos el retorno de << Tiempo Corto >> y del resto de los feleh del bosque del <<perfume >>.
Primero oímos la agitación de unos caballos . No era muy habitual en la pequeña aldea . Los seguidores del Anunciador no entraban en Salem , generalmente .
La senda que discurría paralela al río Jordán cruzaba parte de los lagos de Enaván . La localización del Vidente , o de su grupo , era sencilla . esta circunstancia , como dije , permitió que el villorrio continuara disfrutando del silencio y de una benéfica paz .
Entonces se dejó sentir una voz . Después percibimos el chasquido de un látigo y el inconfundible arranque de un carro sobre el << pavimento >> de conchas marinas que alfombraba las calles y callejuelas de Salem. Y los gritos del sais , apremiando a las caballerías , se fueron distanciando.
Saúl y yo nos miramos . Y noté una sombra de tristeza enel anciano . Él lo supo antes que yo ...
Alguien había descendido de ese carro . Y rememoré mi entrada en la aldea . Yo también alquilé los servicios de uno de aquellos sais , o conductores de carros , y así viajé desde la base de aprovisionamiento de los << trece hermanos >> , al sur del yam . Eso fue el 27 de octubre .
¡ Dios mío ! Habían transcurrido cincuenta días ...
Y al fondo de la alsea surgieron dos siluetas . Una de ellas cargaba un saco de viaje . Se detuvieron frente a una de las casas y cambiaron unas palabras con los moradores . Éstos señalaron hacia nosotros .
El corazón se agitó ...
Abá Saúl , comprendiendo , se puso en pie .
Eran dos hombres . Siguieron aproximándose .
Entonces , al reconocerlos , me sobresalté . ¿ Cómo llegaron hasta Salem? ¿ Por qué ?
Las preguntas , en efecto , eran una estupidez .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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