martes, 28 de marzo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - del 1 al 5 de enero ( año 26 ( 13 )

Después hablóde Nüwa , una especie de mujer - pez , la kui que salvó al mundo , y al cielo , de la gran inundación .
- En mis viajes por las tierras interiores y exteriores ...
Tono se calmó , y hasta la llamas se inclinaron, dóciles y pendientes de Yu .
En ese viaje ficticio , pero maravilloso , el buen chino dijo conocer  también el Shizhou ji o Crónicas de los diez continentes , un texto de la dinastía Han ( quizá de la Han anterior )  que se remonta al siglo II antes de Cristo , , y que fue atribuido a Dong Fangshuo . Yu bebió de este texto prodigioso , o recibió la información de sus ancestros , Quien sabe ...
La cuestión es que volvió a embelesar al personal .
Nüwa fue la madre por excelencia . Parió setenta veces al día y moldeó a los humano con barro y hebras de soga . Los ricos y nobles - eso dijo . fueron hechos de arcilla . Por eso se derrumban más fácilmente que los pobres , confeccionados con las hebras de la referida cuerda .
Todos se mostraron de acuerdo de acuerdo . Los pobres son de mejor << fibra >> . Y rieron como niñas . Jesús , el primero ...
Pero , además de madre y mijer hermosa , Nüwa fue la salvadora del mundo. Ucurrió cuando la tierra era alumbrada por diez soles . En esa época vivía Ganggonh , lo contrario a un kui . Era malvado , porque sólo utilizaba la razón . No sabía nada de la intuición . Y luchó contra el Dragón de Luz . Pero al ver que no era capaz de derrotar al instinto , enbistió contra una montaña y la partió en dos . Ahora la llaman Monte Partido ...
Los leñadores enmudecieron . ¿ Cómo era posible ?
¿ Dónde estaban los kui ? ¡ Había que salvar al mundo !
Y el ataque de Gonggong provocó el desastre : los montes se tambalearon y el cielo se inclinó . ¡ El firmamente perdió la horizontabilidad ! ¡ Por esolas estrellas se mueven hacia el oeste ?
Los hoteb , desconcertados , levantaron las cabezas , buscando los luceros fuera de las pieles que hacían de tejadillo . Algunos destellaron y , supongo , le dieron la razón al contador de historias .
¡ Bendita ingenuidad !
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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