martes, 14 de marzo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - tomo 8 - del 17 al 30 de diciembre ( 29 )

La luz (?) era intensísima . Lo llenaba todo y , tal y como recordaba , ¡ no producía sombras ! Evidentemente era una radiación que traspasaba los cuerpos . Pro ¿ quién emitía algo así en pleno siglo I ? Ni siquiera hoy , en el siglo XX , lo hemos logrado ...
Yehohanan se centró en mi persona . Yo parecía absorto , con la mirada fija en la gigantesca esfera que flotaba a poco más de quinientos metros sobre el torrente . Estaba claro . Quien esto escribe no dormía . Aquello no era un sueño .
Y ocurrió algo de lo que no tuve constancia . Al menos , no fui capaz de verlo , o de sentirlo . Mejor dicho , algo sí percibí ...
De pronto , por mi espalda , en mitad de la claridad , Yehohanan vio algo ...
- ¿ Qué es eso ?
No supe responder a Eliseo . Como digo , era la primera vez que lo veía .
-  Pero ...
Detuvimos la imagen . No había duda . Allí , a dos pasos de este explorador , se movía alguien ...
La imagen se hizo algo más nítida y quedamos desconcerados .
- ¡ Dios de los cielos !
- ¿ Qué es esto ? - estalló el ingeniero -. ¿ Quizá una broma tuya ?
No tuve fuerzas ni para negar . Por supuesto , yo no tenía nada que ver con la << aparición >> . No era responsable del << sueño >> de Yehohanan . Aquello era real . Las bromas , además , eran especialidad del ingeniero ...
A poco más de dos metros , como decía , a mi espalda , surgió una figura . Era una criatura de aspecto humano , pero muy alta , tanto como el Anunciador , con un cuerpo estrecho y delicado , y embutida en una especie de mono o buzo ajustado , se un blanco espectacular . Presentaba una escafandra (!) redonda , de un negro intenso . No había forma de distinguir la cabeza .
Se movía lentamente , pero con gran seguridad .
En ese instante , no sé por qué , me vino a la mente la palabra hayyot , el término hebreo que servía para designar a las extrañas criaturas que vio el profeta Ezequiel . De las hayyot también me habló el gigante de las siete trenzas , aunque , sinceramente , no le concedí demasiada credibilidad .
¡ Dios santo ! .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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