El nauseabundo olor del sebo de vaca que impregnaba la tea lo llenó todo . Y la cimbreante llama , entre esporádicos chisporreteos , fue arrancando rojizos reflejos a las paredes de la gruta , alargando y deformando nuestras sombras . El silencioso hortelano , con la cabeza y el torso inclinado para no tropezar con el techo , permaneció con los ojos fijos en el banco vacío . Parecía hipnotizado .
Durante unos segundos me dediqué a observarle , esperando algún comentario o reacción de sorpresa . Me equivoqué . Frío como el hielo , se limitó a pasear el hacha por encima de la plataforma rocosa , verificando , como yo , que el lienzo presentaba una poción anormal.
Transcurridos unos minutos , hizo ademán de retirarse del lúgrube recinto . Pero - ¡ torpe de mí ! - le hice una señal y el seco aunque complaciente servidor de José accedió a mi ruego , aproximando la antorcha al lino . Obviamente , debido a la oscuridad , en las anteriores oportunidades no había tenido ocasión de reparar en un << detalle >> que , ahora , a la luz de la flama , me dejó atónito . Un << detalle >< del que había tenido conocimiento << en mi tiempo >> pero que , honradamente , nunca valoré como << serio >> y << científico >> . me estoy refiriendo a unas asombrosas manchas , de un tinte acaramelado , que aparecían en ambas caras interiores del paño de lino . Pero vayamos por orden.
Recuerdo que , en una primera exploración de la mitad superior de la sábana , me llamó la atención una serie de cuágulos y reguerillos de sangre . Pegué casi la nariz sobre tales manchas , observando con no poca perplejidad que aparecían intactas . << Limpias >> . Perfectamente definidas . Aquello era incomprensible . Después de treinta y cuatro horas - tiempo aproximado de permanencia del cadáver en la sepultura -, la mayoría de las heridas y grumos sanguinolentos debería de haber quedado encolada en la tela . Si el cuerpo fue robado o trasladado , lo lógico hubiera sido que , en el trasiego , al despegarse , dichas cuagulaciones habrían chafarrinado o emborronado la sábana . Los calcos de sangre , en cambio , se conservaban intactos .
¡ Dios mio ! ¿ qué había sucedido en aquel negro aposento en la madugada del domingo ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Durante unos segundos me dediqué a observarle , esperando algún comentario o reacción de sorpresa . Me equivoqué . Frío como el hielo , se limitó a pasear el hacha por encima de la plataforma rocosa , verificando , como yo , que el lienzo presentaba una poción anormal.
Transcurridos unos minutos , hizo ademán de retirarse del lúgrube recinto . Pero - ¡ torpe de mí ! - le hice una señal y el seco aunque complaciente servidor de José accedió a mi ruego , aproximando la antorcha al lino . Obviamente , debido a la oscuridad , en las anteriores oportunidades no había tenido ocasión de reparar en un << detalle >> que , ahora , a la luz de la flama , me dejó atónito . Un << detalle >< del que había tenido conocimiento << en mi tiempo >> pero que , honradamente , nunca valoré como << serio >> y << científico >> . me estoy refiriendo a unas asombrosas manchas , de un tinte acaramelado , que aparecían en ambas caras interiores del paño de lino . Pero vayamos por orden.
Recuerdo que , en una primera exploración de la mitad superior de la sábana , me llamó la atención una serie de cuágulos y reguerillos de sangre . Pegué casi la nariz sobre tales manchas , observando con no poca perplejidad que aparecían intactas . << Limpias >> . Perfectamente definidas . Aquello era incomprensible . Después de treinta y cuatro horas - tiempo aproximado de permanencia del cadáver en la sepultura -, la mayoría de las heridas y grumos sanguinolentos debería de haber quedado encolada en la tela . Si el cuerpo fue robado o trasladado , lo lógico hubiera sido que , en el trasiego , al despegarse , dichas cuagulaciones habrían chafarrinado o emborronado la sábana . Los calcos de sangre , en cambio , se conservaban intactos .
¡ Dios mio ! ¿ qué había sucedido en aquel negro aposento en la madugada del domingo ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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