Tal y como le había prevenido el Maestro en la << última cena >> , aquella tragedia le había sumido en una desolación que no tenía igual entre sus hermanos . Todos sus ideales , sus sueños y sus ansias de libertad habían caído con la noticia de la muerte de Jesús .
En un impulso me deshice del cayado y , aproximándome al convulsivo galileo , me esforce por examinarle . Simón , con los ojos cerrados , batallaba por desembarazarse del abrazo de sus amigos . Cabeceaba una y ora vez , buscando la superficie del muro , emitiendo una serie entrecortada de agudos y angustiados chillidos . Como pude , me hice con su muñeca , intentando valorar el pulso . Era muy acelerado . Eché mano de la redoma con la cebada y la leche cuajada y , a una señal mía , Andrés y el joven Zebedeo pujaron por abrirle la boca . Sin dudarlo un segundo , vertí parte de la pócima entre la negra e hirsuta barba . Al sentir el repugnante mejunje , sus ojos se abrieron espantados . Estaban enrojecidos por las largas horas de llanto . Y poco a poco , entre suspiros y esporádicos estremecimientos , fue calmandose . No sé si fue el brebaje o las palabras de consuelo de su hermano , pero Simón el Zelote cayó en un dulce sopor . Y entornando los ojos nuevamente volvió a reclinarse en el diván , ajeno por completo a cuanto acontecía a su alrededor .
Los gemelos permanecieron a su lado mientras Juan y Andrés , con la mirada entristecida , retornaban a la mesa . El patético espectáculo de Simón , arremetiendo contra la piedra , había fulminado la discusión . Y aquellos hundidos seguidores del Nazareno se entregaron , impotentes , a oscuras meditaciones .
Pero el silencio duraría poco . Tras recuperar la << vara >> , di media vuelta , dispuesto a proseguir mis averiguaciones cerca del grupo de mujeres . No fue preciso . Una de ellas - la que había estado sollozando - acababa de destacarse de entre sus compañeras , plantándose a medio metro del asiento de Pedro . Era María , la de Magdala , una de las hebreas más significativas , temeraria y juiciosa aun tiempo de cuantas seguían al rabí .
Al verla quedé paralizado . Ahora empezaba a comprender el porqué de sus quejidos ....
Y aquella brava mujer , de menton hipoplásico . ( Hipoplásico : de barbilla o mentón recortado y de desarrollo claramente incompleto . Nita del Mayor ) cara estrecha y triangular y ojos perdidos en profundas cuencas sombreadas por anchas ojeras , se encaró valiente con el hombre que la abía amonestado .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
En un impulso me deshice del cayado y , aproximándome al convulsivo galileo , me esforce por examinarle . Simón , con los ojos cerrados , batallaba por desembarazarse del abrazo de sus amigos . Cabeceaba una y ora vez , buscando la superficie del muro , emitiendo una serie entrecortada de agudos y angustiados chillidos . Como pude , me hice con su muñeca , intentando valorar el pulso . Era muy acelerado . Eché mano de la redoma con la cebada y la leche cuajada y , a una señal mía , Andrés y el joven Zebedeo pujaron por abrirle la boca . Sin dudarlo un segundo , vertí parte de la pócima entre la negra e hirsuta barba . Al sentir el repugnante mejunje , sus ojos se abrieron espantados . Estaban enrojecidos por las largas horas de llanto . Y poco a poco , entre suspiros y esporádicos estremecimientos , fue calmandose . No sé si fue el brebaje o las palabras de consuelo de su hermano , pero Simón el Zelote cayó en un dulce sopor . Y entornando los ojos nuevamente volvió a reclinarse en el diván , ajeno por completo a cuanto acontecía a su alrededor .
Los gemelos permanecieron a su lado mientras Juan y Andrés , con la mirada entristecida , retornaban a la mesa . El patético espectáculo de Simón , arremetiendo contra la piedra , había fulminado la discusión . Y aquellos hundidos seguidores del Nazareno se entregaron , impotentes , a oscuras meditaciones .
Pero el silencio duraría poco . Tras recuperar la << vara >> , di media vuelta , dispuesto a proseguir mis averiguaciones cerca del grupo de mujeres . No fue preciso . Una de ellas - la que había estado sollozando - acababa de destacarse de entre sus compañeras , plantándose a medio metro del asiento de Pedro . Era María , la de Magdala , una de las hebreas más significativas , temeraria y juiciosa aun tiempo de cuantas seguían al rabí .
Al verla quedé paralizado . Ahora empezaba a comprender el porqué de sus quejidos ....
Y aquella brava mujer , de menton hipoplásico . ( Hipoplásico : de barbilla o mentón recortado y de desarrollo claramente incompleto . Nita del Mayor ) cara estrecha y triangular y ojos perdidos en profundas cuencas sombreadas por anchas ojeras , se encaró valiente con el hombre que la abía amonestado .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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