La de Magdala me observó con desconfianza . Al parecer , era el único hombre entre los allí reunidos que mostraba interés por sus palabras . María , la señora de la mansión , contribuyó a distender la desabradable atmósfera , colmando las restantes escudillas y ofreciendo - solícita y conciliadora - las ya frías hogazas de trigo . Todos aceptaron gustosos , incluido Pedro , quien , con la misma espontaneidad , pidió perdón a la esposa de Marcos .
Y la de Magdala , con aire cansino , sin conceder demasiado crédito a mi buena fe , recogió los pliegues de su túnica verde-hierba , sentándose a horcajadas en el diván de honor . Al descubrir parte de sus piernas , un finísimo destello hizo que me fijara en uno de sus tobillos . A la trémula luz de las lucernas , vi brillar un aljófar - una pequeña perla -, engarzando en una cadenilla que rodeaba dicho tobillo .
Le sonreí , animándola a que diera comienzo . Y tras cubrirse con el manto , suspiró con gran sentimiento . Clavó sus ojos en mí , y al fin , una sonrisa de gratitud dejó al descubierto una joven e impecable dentadura . Estaba a punto de conocer lo que - según aquellas mujeres - constituía el primero de una larga cadena de misteriosos e inquietantes sucesos ...
- Éstas que ves aquí - señaló la de Magdala a las cuatro mujeres que habían ido a sentarse asus pies -, y otras diez o quince creyentes en el reino de nuestro Maestro , pasamos la fiesta del shabbat recluidas en la casa de José , el de Arimatea . Nuestra tristeza era tan grande y tan profunda nuestra desolación que muchas creímos morir .
>> Y antes de que apuntara el primer día de la semana , de acuerdo con lo prometido a José y Nicodemo , cargamos con los aceites y aromas .
- Entonces - le interrumpí tratando de atar cabos -, ¿ érais cinco ?
- Sí.
Y maría fue señalando e identificando a cada una de ellas .
Juana , esposa de Chuza ... María la madre de los gemelos Alfeo ... Salomé , de Juan y Santiago de Zebedeo y Susana , la más joven , hija de Ezra , el de Alejandría .
Autor . J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Y la de Magdala , con aire cansino , sin conceder demasiado crédito a mi buena fe , recogió los pliegues de su túnica verde-hierba , sentándose a horcajadas en el diván de honor . Al descubrir parte de sus piernas , un finísimo destello hizo que me fijara en uno de sus tobillos . A la trémula luz de las lucernas , vi brillar un aljófar - una pequeña perla -, engarzando en una cadenilla que rodeaba dicho tobillo .
Le sonreí , animándola a que diera comienzo . Y tras cubrirse con el manto , suspiró con gran sentimiento . Clavó sus ojos en mí , y al fin , una sonrisa de gratitud dejó al descubierto una joven e impecable dentadura . Estaba a punto de conocer lo que - según aquellas mujeres - constituía el primero de una larga cadena de misteriosos e inquietantes sucesos ...
- Éstas que ves aquí - señaló la de Magdala a las cuatro mujeres que habían ido a sentarse asus pies -, y otras diez o quince creyentes en el reino de nuestro Maestro , pasamos la fiesta del shabbat recluidas en la casa de José , el de Arimatea . Nuestra tristeza era tan grande y tan profunda nuestra desolación que muchas creímos morir .
>> Y antes de que apuntara el primer día de la semana , de acuerdo con lo prometido a José y Nicodemo , cargamos con los aceites y aromas .
- Entonces - le interrumpí tratando de atar cabos -, ¿ érais cinco ?
- Sí.
Y maría fue señalando e identificando a cada una de ellas .
Juana , esposa de Chuza ... María la madre de los gemelos Alfeo ... Salomé , de Juan y Santiago de Zebedeo y Susana , la más joven , hija de Ezra , el de Alejandría .
Autor . J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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