En parte fui sincero . Le manifesté cómo , tras escuchar repetidas veces la extraña historia que circulaba por Jerusalén sobre la posible resurrección del rabí de Galilea , mi curiosidad de << augur >> me había enpujado a esconderme en los alrededores de la tumba y cómo , a eso de las tres de la madrugada , había sido testigo de un sin par y sobrecogedor fenómeno luminoso que , brotando de la boca de la cueva sepulcral , se propago hasta los árboles próximos , arrojando por tierra a los bravos legionarios que montaban la guardia .
Los oficiales me escuchaban atentamente ,
- ... Después - proseguí , aparentando gran desaliento -, al igual que tus hombres , yo también me vi sorprendido por una fuerza maléfica y caí a tierra , privado de los sentidos . Cuando los dioses quisieron que pudiera volver en mí , la tumba estaba vacía .... Y el miedo me hizo correr y vagar sin rumbo fijo . Sé que algo sobrenatural , obra de los dioses , ha acaecido en ese huerto ... Y al alba , con el espíritu más sereno , tome la decisión de acudir a Antonia y relatarle cuanto he visto y oído.
El comandante se detuvo . Llevó la mano izquierda a la empuñadura de su espada y , con gesto grave , preguntó :
- ¿ Y por qué a mí ? Sabes que no creo en esas patrañas ....
Me sentí atrapado . Pero Eliseo , atento desde el módulo , vino a ofrecerme un inmejorable argumento . Y así se lo expuse a Civilis .
- Es muy simple . En mi deambular por las calles de la ciudad - le mentí - , he tenido ocasión de escuchar una versión , alimentada por esas ratas del Sanedrín , que ha empezado a correr por Jerusalén . Caifas y sus secuaces han lanzado el rumor de que sus levitas y tus legionarios se quedaron dormidos y que aprovechando tal circunstancia , los discípulos del Galileo procedieron al robo del cadáver ...
El comandante asintió con la cabeza.
-.... Yo , como te digo , he sido testigo de excepción de lo ocurrido y he visto como los policías del Templo , en efecto , huían como cobardes . Pero no así la patrulla romana . Fueron los dioses quienes redujeron a tus bravos soldados .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Los oficiales me escuchaban atentamente ,
- ... Después - proseguí , aparentando gran desaliento -, al igual que tus hombres , yo también me vi sorprendido por una fuerza maléfica y caí a tierra , privado de los sentidos . Cuando los dioses quisieron que pudiera volver en mí , la tumba estaba vacía .... Y el miedo me hizo correr y vagar sin rumbo fijo . Sé que algo sobrenatural , obra de los dioses , ha acaecido en ese huerto ... Y al alba , con el espíritu más sereno , tome la decisión de acudir a Antonia y relatarle cuanto he visto y oído.
El comandante se detuvo . Llevó la mano izquierda a la empuñadura de su espada y , con gesto grave , preguntó :
- ¿ Y por qué a mí ? Sabes que no creo en esas patrañas ....
Me sentí atrapado . Pero Eliseo , atento desde el módulo , vino a ofrecerme un inmejorable argumento . Y así se lo expuse a Civilis .
- Es muy simple . En mi deambular por las calles de la ciudad - le mentí - , he tenido ocasión de escuchar una versión , alimentada por esas ratas del Sanedrín , que ha empezado a correr por Jerusalén . Caifas y sus secuaces han lanzado el rumor de que sus levitas y tus legionarios se quedaron dormidos y que aprovechando tal circunstancia , los discípulos del Galileo procedieron al robo del cadáver ...
El comandante asintió con la cabeza.
-.... Yo , como te digo , he sido testigo de excepción de lo ocurrido y he visto como los policías del Templo , en efecto , huían como cobardes . Pero no así la patrulla romana . Fueron los dioses quienes redujeron a tus bravos soldados .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto